Uno de los temas que siempre recuerdo de las lecciones de historia aprendidas en la escuela y las lecturas, son las páginas dedicadas al Luis XIV, el monarca de Francia apodado el Rey Sol. Por su vocación para el absolutismo y por su famosa frase: El Estado Soy Yo”, pronunciada en 1655 con sólo 17 años. El era el Estado. Así reinó.
Lo cierto es que en nuestra historia, aún en los breves períodos de ensayos de democracia limitada, hemos soportado que el país lo dirijan presidentes que casi actúan como monarcas. Sin llegar al “Estado Imperial” de Krause, tenemos un largo recuento de jefes de Estado que han manejado el poder a su antojo, y suelen antojarse de lo peor. Por eso del discurso de la semana pasada de Luis Abinader Corona, que hoy cumple dos meses de ejercicio del poder, no me entusiasmó tanto la marcha atrás con los nuevos impuestos.
Pero si llamó mi atención escuchar a un presidente dominicano, con gran apoyo, ofrecer explicaciones y exponer un pensamiento que renuncia y se aleja de la “Presidencia Imperial”, la concepción monárquica o del pensamiento que resume la penosa frase “El Estado Soy Yo”. A veces escuché en mi campo decir: lo que más se parece a Dios es un Presidente. Una manera interesante de definir el poder de los jefes de Estado en nuestro país.
El pasado viernes, escuche un presidente decir que reconoce que se puede equivocar y que si eso ocurre corrige el error, y asumir que como mandatario está obligado a ofrecer explicaciones al pueblo que gobierna. Supongo que él sabe que en estos tiempos, al decirlo asume un compromiso serio, solemne.
Son ideas simples pero sorprendentes en un país en que el Presidente, regularmente controla o compra el Congreso para aprobar lo que se le antoje, incluso cosas tan graves como acomodar la Constitución a su conveniencia. Las frases de Luis Abinader a las que me refiero:
1) “Como saben, siempre estamos atentos a lo que siente y necesita la gente y estamos dispuesto a responder cuando sea necesario y dar las explicaciones que sean oportunas.
Reconocemos que hemos debido hablar antes y explicar en detalle a todos ustedes lo que hemos encontrado en el Estado”.
2) “Por escuchar a la ciudadanía y por interés de la Nación fue que nombramos un Ministerio Público independiente que tiene total libertad para investigar y someter a la justicia cualquier expediente que involucre casos de corrupción perpetrados contra el patrimonio público. Se hará justicia, pero reconociendo que la justicia penal tiene un ritmo propio que no puede ser alterado por ninguna influencia externa. No creemos en el circo de la persecución sin fundamento…”
3) “Por escuchar a la ciudadanía” pedido una “revisión exhaustiva para efectos de suspensión, de todos los contratos que mantiene el Gobierno dominicano con la constructora brasileña Odebrecht. No es posible mantener como contratista del Estado a la compañía responsable del mayor caso de sobornos de la historia del continente y del país.
4) “Por escuchar a la ciudadanía hoy me dirijo a ustedes para informarles sobre el proyecto de ley de Presupuesto para el año 2021. Y quiero hacerlo personalmente, porque ante situaciones difíciles y graves, la ciudadanía debe recibir las explicaciones directamente de sus máximos representantes públicos… Este Presidente escucha; porque nosotros como humanos podemos cometer errores, pero siempre rectificaremos…”. “No voy a tolerar ningún acto de corrupción en mi Gobierno…”
Eso me impresionó de su charla. Creo, y registro su compromiso.