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Aunque no se escuchen los “ruidos” de aspirantes a la nominación presidencial del oficialista Partido Revolucionario Moderno (PRM), la realidad es que eso está ocurriendo.
Como lo preciso en la primera entrega de este artículo, entre los principales hay uno que lleva “la delantera”, aunque todavía no quiere sacar la cabeza a nivel de los medios noticiosos.
Vamos a recordar parte de la pasada historia del perremeísmo, en medio de sus aprestos electorales previos a las elecciones presidenciales del 2020, ganadas por el PRM sin ninguna dificultad.
La cúpula del PRM, con su candidato Luis Abinader, prácticamente navegó solo. Y la razón estuvo en que el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), tras 16 años corridos en el poder, sufrió un terrible colapso.
Claro, no se trató de una debacle total, pero sí afectó sensiblemente sus estructuras. Es que su entonces principal líder, Leonel Fernández, decidió renunciar del peledeísmo y formar tienda aparte.
Fernández, con argumentos de justificación, decidió crear un nuevo partido con el bautismo de Fuerza del Pueblo (FP) que en principio parecía un “natimuerto”.
La dirigencia del PLD, bajo el liderazgo del expresidente Danilo Medina, cometió un grave error político que todavía está pagando.
¿A cuál error me refiero? A no reconocer el liderazgo de Leonel y en cambio llevar como aspirante a la presidencia al novato candidato Gonzalo Castillo.
Se sabía que Gonzalo no tenía ninguna posibilidad de salir airoso. De su lado la Fuerza del Pueblo, que se lanzó a competir en el 2020, terminó con apenas un 5% de los sufragios.
No obstante, en su segunda participación (elecciones de mayo del 2024), la Fuerza del Pueblo, con su candidato natural Leonel Fernández, alcanzó casi el 30 por ciento de la votación general, en tanto que el PLD llegó a un inesperado 14 %. Fue un fracaso que marca una increíble historia negativa en la organización fundada por Juan Bosch en 1973
Pero ahora estamos en la era del PRM que, sin embargo, tiene una tarea bastante delicada que se fundamenta en llevar a un candidato potable, con reales posibilidades de ganar en el 2028.
De los aspirantes, que hasta donde he observado llegan a diez, solo cuatro tienen los números -ya conocidos por la cúpula perremeísta- para contender entre ellos. ¡Y uno será el seleccionado para ir en busca de la presidencia en la venidera consulta electoral!
¿A cuáles cuatro aspirantes me refiero? Aquí están: David Collado, Guido Gómez Mazara, Raquel Peña y Carolina Mejía.
Pero será el tiempo -tan implacable como siempre- el que dirá la verdad respecto a mi imparcial opinión periodística…¡y creo que es objetiva!