Ha pasado mucho tiempo desde cuando se lo acusó de villanía de lesa humanidad por empresarios y políticos norteamericanos temerosos de la competencia comercial y de la preferencia de los segmentos de mercado mundiales por los subproductos de las canabáceas frente a los suyos. Desde el inicio de la prohibición ha habido estudios médicos, psicológicos, químicos, económicos, sociológicos, antropológicos, etc., cuyos resultados rechazan tal condición de villanía. Sin embargo, los acusadores salieron al mercado con sus productos y, protegidos por la prohibición conquistaron todo el mundo.
Creo que es hora para terminar con la prohibición injusta y aviesa del viejo capitalismo norteamericano y conceder autorización a emprendedores interesados en el desarrollo de proyectos basados en el cultivo del cannabis sativa, la especie botánica más efectiva y eficiente en la producción de biomasa que puede utilizarse en la producción de energía eléctrica, biodiesel, biogasolina, en la construcción de viviendas, en las industrias del mueble, los cosméticos, las telas y los vestidos. Todo esto sin dañar el medio ambiente, y a un costo menor que los productos tradicionales de la competencia.
Proyectos agrícolas de cáñamo industrial podrían producir todos los carburantes requeridos para alimentar las plantas de producción de energía eléctrica en la República Dominicana a un costo menor que el del combustible de menor precio en el mercado internacional. Según N-Amatic System, ¨… el cáñamo y sus derivados industrializados pueden reemplazar a la fibra de vidrio en muchos de sus usos más comunes y a muchos otros productos fabricados con los derivados del petróleo.
La industria de la nutrición y la cosmética usan la semilla del cáñamo, llamada cañamón, del cual se extrae un aceite rico en Omega 3, Omega 6 y ácido ganmalinoleico, que favorece la salud de neonatos, menopáusicos y de personas de la tercera edad.
La misma empresa española (N-Amatic) nos dice: ¨En la agricultura ecológica sus beneficios son los siguientes: Planta ahogadora (alopatías) de la mala hierba. Mejora la estructura del suelo, dejándolo limpio y sano, incluso absorbiendo residuos de minerales pesados en el suelo cultivado. El cáñamo cultivado antes de la siembra de otros productos, aumenta la producción de estos hasta en un 30% debido a que sus raíces son profundas y por lo tanto airean y oxigenan la tierra. En las tierras contaminadas por nitratos, metales pesados ó salinizados permite regeneración de esos suelos y cultivos ecológicos¨.
¨El aceite de cannabis es superior al petróleo, además se convierte en combustible de diesel fácilmente. Los procesos de extracción química pueden aumentar el rendimiento total del aceite a un 40% del volumen de la semilla. La producción de semillas es de 1000 kilos por hectárea, 400 litros de aceite puro. El aceite de semilla de cáñamo arde como el aceite para calefacción. Es esencialmente más pesado que el combustible líquido procesado y además contiene una pequeña cantidad de metanol. Proporciona una fuerza máxima para los motores con poco monóxido de carbono y 75% menos de hollín y partículas¨.