Recibimos esta primera semana del año preelectoral con la confirmación de que si el presidente Luis Abinader lo decidiera, tiene libre el carril de adentro para una tranquila y holgada reelección.
Los datos de la realidad, expuestos por instituciones y personas no interesadas, confirman los satisfactorios resultados de una gestión gubernamental sobresaliente, pese al adverso panorama que enfrenta el mundo en los últimos dos años y medio.
Las dos encuestas de preferencia electoral no originadas por políticos interesados son la RD elige, del grupo de Comunicaciones RCC Media. y la CID Latinoamérica, que coinciden en proyectar a un presidente Abinader muy bien posicionado hacia las elecciones de 2024.
Esas firmas establecen una aprobación presidencial que fluctúa entre 71 y 79% y una intención de voto favorable de 52 a 54%, lo cual adelanta resultados de fulminante victoria en primera vuelta para el mandatario.
Los resultados satisfactorios del país en la gestión Abinader llenarían varias páginas de este periódico, conforme los datos que ofrecen organismos internacionales y representantes empresariales.
Pero entre otros resultados significativos no podemos dejar de mencionar que con un 5% de crecimiento económico RD duplica y hasta casi triplica el promedio de la región, lo mismo que la inflación aquí viene registrando una tendencia a la baja, indicadores muy positivos tomando en cuenta los fuertes vientos recesivos y la persistente espiral de altos precios que azotan al mundo.
Esos datos han sido avalados recientemente por Fitch Ratings y Standard & Poor’s, prestigiosas calificadoras de riesgo que han reconocido la estabilidad y avances de la economía dominicana, lo que en el caso de la última no hacía en 15 años. Todo proyecta un cuadro de estabilidad económica, política y social de gran atractivo para los inversionistas criollos y extranjeros, vital para la generación de empleos y creación de capital social.
Recientemente la FAO dio cuenta de que RD fue uno de los pocos países del mundo que lograron reducir el índice de hambre, mientras en la mayoría de países ese índice aumentó.
Ese dato es congruente con la información ofrecida por el presidente Abinader de que aquí se producen 2.97 kilogramos de alimentos diarios por persona, mientras que a nivel mundial el promedio es de 2.15.
Además del buen viento que empuja al país, favorable a un proyecto de continuidad de las políticas de buena gobernanza de Abinader, está la bancarrota del pasado PLD-FUPU que tras dos décadas perdidas de gobierno, se le están disfrazando al pueblo como unos recién llegados reclamando cambios en lo que no fueron capaces de mejorar en 20 años.
Desmontando a esos camajanes concluyo el viernes la última parte de este escrito.