El cierre de un año, para casi todos los adultos, nos coloca en actitud más bien reflexiva y evaluativa del tiempo pasado. Logros, errores y experiencias son revividas para desde esos referentes colocar nuevas metas de cara al año que recién inicia. No solo nosotros nos hacemos objeto de evaluación, también nuestras instituciones y nuestro país. Es una parada útil, sana y necesaria que nos prepara para nuevos avatares.
En tal sentido, desde nuestra humilde bancada, damos una mirada crítica al sistema educativo dominicano, sus ejecutorias, desaciertos y avances en este pasado 2017.
El gobierno dominicano continuó con la entrega de nuevas infraestructuras escolares, disminuyendo el déficit de aulas a nivel nacional, y permitiendo que cada vez más centros escolares se integren a la modalidad de Jornada Escolar Extendida. Desde el programa República Digital se comenzaron a cumplir promesas de equipamiento tecnológico en las escuelas, amén de seguir en espera del plan de formación y los contenidos digitales apropiados de acuerdo al currículo vigente, que implicaría la efectividad de esta iniciativa. A través del Instituto Nacional de Formación del Magisterio (Inafocam) se integraron más de 30 distritos educativos a la Estrategia de Formación Continua Centrada en la Escuela. Este es un programa de formación integral para todos los actores del sistema. Constituye una apuesta retadora por la mejora de los contenidos educativos entregados a nuestros escolares, priorizando los primeros grados y los procesos de alfabetización inicial.
Asimismo, con mucha satisfacción, recibimos decisiones ministeriales que acogen dos compromisos suscritos en el Pacto Educativo que seguían pendientes: realización de la primera jornada de evaluación del desempeño docente, y designación de los directores regionales y distritales por méritos y competencias profesionales.
Por otro lado, algunas decisiones fueron controversiales, pero en principio necesarias, como el bloqueo de nómina de aquellos maestros ausentes de sus puestos de trabajo o, sencillamente, que no cumplían con sus funciones, y la de disponer la jubilación de cientos de maestros y directivos del sistema a fin de dar paso a una nueva generación de docentes que se está titulando bajo nuevos programas y paradigmas en las universidades nacionales. Recordemos el acuerdo tripartito (Ministerio de Educación, Ministerio de Educación Superior Ciencia y Tecnología, e Inafocam) para formar 20,000 docentes de excelencia. En la próxima entrega, completaremos el análisis.