Muchas malas noticias llegan a los medios, y siempre llenan los espacios. Ayer recibimos una noticia agradable. Pero en el país está prohibido hablar de las buenas noticias. Pese a ello, vamos a compartirla constructivamente con Ustedes.
Antes sería interesante comentar: ¿Conocen a Vallejuelo y Jorgillo, o cualquier otra vecindad? Si tuvieran una idea sobre esos poblados de San Juan, entonces entenderían por qué hablamos de la buena nueva que constituye la terminación de una pequeña, pero valiosa obra: la presa Las Dos Bocas, que cambiará la vida de centenares de familias en esa zona de la región Sur.
Era un sueño de los lugareños. Un imposible que no desaparecía de su imaginario, hasta que en uno de esos recorridos el presidente Danilo Medina se encontró con unos agricultores. El hombre se interesó. Se hizo un levantamiento y bajo una fórmula nueva el proyecto quedó en manos de la Empresa de Generación Hidroeléctrica Dominicana, que según el gobierno lo hizo de sus propios ahorros.
Con esta obra serán irrigadas 34,900 tareas en manos de 1,300 parceleros, con un impacto que abarcará más de 40 mil personas.
La obra se complementa con 8 lagunas de almacenamiento con sus redes de distribución, 11 kilómetros de caminos de acceso, 11,280 metros cuadrados de invernaderos instalados casi al lado del muro de la presa, un centro de acopio y empaque, un vivero para la producción de plantas frutales y forestales, 2 módulos de 24 jaulas para la crianza de peces, lo que permitirá integrar aceleradamente una asociación de pescadores que generará ingresos a no menos de 80 personas. El plan deja en funcionamiento una secadora de cebolla, útil también para poblados vecinos.
Esa pequeña obra es la cosa más grande para esos pueblos que no saben cómo hacen, cada día, para seguir viviendo. Compartimos esta buena noticia.
En Cardón esperan un milagro parecido…