Finalizó la noche del domingo otra legislatura y un simple recuento demuestra que la productividad de nuestros congresistas en lo que es esencial ha vuelto a dejar mucho que desear.
Paradójicamente que el partido de gobierno tenga una aplastante mayoría en ambas cámaras, aparece como una de las principales razones para que proyectos fundamentales periman o se mantengan estancados.
Más que trabajar con la Agenda Legislativa Priorizada, lo que prima son las urgencias y necesidades del Ejecutivo. Peor aun, extrañamente se posponen o se aprueban leyes en atención a intereses partidistas, privados o personales.
Inclusive, otras iniciativas aprobadas se caen, porque nuestros legisladores no distinguen siquiera cuándo una ley requiere de una mayoría calificada.
Un ejemplo al canto es que en la recientemente finalizada segunda legislatura ordinaria además de que siguen sobre la mesa los códigos Penal y Laboral y el de Comercio, perimieron las leyes de Contrataciones y del Agua, y también la modificación a la de Seguridad Social, entre otras.
Sin embargo, y por esto decimos que tener mayoría en ambas cámaras al PRM le ha hecho más daño que bien, los legisladores trastocaron sus prioridades para atender urgencias del Ejecutivo para reformar la Carta Magna y modificar la ley del Consejo Nacional de la Magistratura, y cuando se trata de aprobar empréstitos todo lo demás pasa a segundo plano.
Ante el pobre y cuestionable desempeño, el presidente de la Cámara Baja parece haberse ido por la tangente al prometer excluir de las comisiones a los diputados que no tengan una asistencia adecuada.
Por ahí no es. Ni siquiera que aprueben muchas o pocas leyes y resoluciones. La cuestión radica en lo que respecta a que se improvisa y no se trabaja sobre la base de un orden. La lógica ha sido dar preponderancia a lo que el Gobierno considere más urgente, y no a lo encaminado a garantizar mejores condiciones de vida a la población.
Para la próxima legislatura que comienza el 27 de febrero debiera haber más enfoque en lo prioritario, y en especial que las “cabezas” de ambas cámaras sean diligentes con lo importante, no solamente con lo que interese en determinado momento a “su” gobierno.
Que se entienda que trabajar con una agenda, y como parte de esta los proyectos prioritarios, sería señal de que los guía un auténtico proyecto de país.