Este diciembre se cumplirán exactamente 102 años del primer censo nacional, cuya ejecutoria consumió casi el 1920 completo.

Era un país ocupado militarmente, y precisamente en ese mismo mes, registran los historiadores, se empezó a negociar la posible salida de las tropas invasoras de Estados Unidos, lo que se concretó cuatro años más tarde.

Entonces, según las estadísticas de ese censo, la población total, dividida en 12 provincias, era de 894,665 personas, 49.9% hombres y 50.1% mujeres, de los que 49,520 (5%) eran extranjeros, entre los cuales había 28,258 (3.1%) haitianos.

Nos remitimos a más de un siglo atrás, como punto de comparación para la tamaña tarea que se emprende desde hoy, jueves, cuando arranca el décimo censo de población y vivienda, con 24 meses de retraso achacados a la pandemia del coronavirus.

A diferencia del censo de 1920, con herramientas si se quiere rudimentarias, para éste han sido apartados 14 días en virtud del decreto 420-22, del 04 de agosto pasado.

Será el primero hecho con dispositivos móviles para la captura de la información y con la pretensión de que sus resultados estén listos para su publicación en el primer trimestre de 2023.

Resaltar la importancia de un censo nacional que es de población y también de vivienda podría sobrar, porque necesitamos contar con estadísticas confiables para diseñar políticas públicas y tener información real de las características demográficas, económicas y educativas de nuestra población.

Además, nos ofrecería datos sobre volumen y crecimiento poblacional, distribución de la población en el espacio geográfico y un aspecto nodal y sensible como el relativo a la migración.

En un proyecto de semejante envergadura puede haber aún tareas inconclusas y una que otra laguna por llenar, pero en las cuestiones fundamentales, según informaciones de dominio público, no hay motivos para reparos.

Se impone que la colectividad nacional ofrezca su total apoyo al censo para garantizar su éxito.

Es la exhortación de elCaribe, referente de la agenda nacional y símbolo de la prensa dominicana, que ha acompañado al pueblo en jornadas cruciales como esta, cuya dimensión justifica nuestro decidido respaldo.

Posted in Editorial

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas