El Gobierno y la Asociación Dominicana de Zonas Francas (Adozona) tienen en carpeta relanzar al sector de las zonas francas, procurando crear un clima más favorable para ese nicho productivo.La intención compartida entre los sectores público y privado fue anunciada en un acto realizado el lunes último en el Palacio Nacional, encabezado por los ministros Temístocles Montás, de Industria, Comercio y Pymes; José Ramón Peralta, Administrativo de la Presidencia, y Gustavo Montalvo, de la Presidencia, y el presidente de Adozona, Federico Domínguez.
La representatividad y el lugar del acto plantean que el anuncio tiene rigurosidad, firme intención de ejecución.
El sector zonas francas posee una indiscutible importancia en la economía dominicana. Tiene una nómina global de unos 163,200 empleos directos y genera exportaciones anuales por más de US$5,500 millones, afianzando al sector como el principal exportador de bienes y servicios del país.
Las zonas francas, establecidas en el país como sector importante del aparato productivo desde inicio de la década de los 80, han hecho un gran aporte a la cultura productiva del país en los parámetros de los mercados internacionales. De la producción mayoritariamente masiva de textiles y confecciones, el sector se ha ido diversificando, incorporando a su gama productiva renglones de tecnología y productos médicos, con lo cual le imprime a su mano de obra un carácter de mayor especialidad y conocimiento.
Esa evolución le ha permitido al sector librarse del encasillado de albergue de maquiladoras, que está muy asociado con las empresas que compiten y operan a base de salarios deprimidos, y que procede del modelo mexicano. En el aspecto salarial, las zonas francas dominicanas han evolucionado, aunque todavía tengan ajustes por realizar.
Una materia pendiente que tiene el sector y que debería ser parte del relanzamiento anunciado, es el de la integración con la producción local, el tan manoseado teóricamente programa de integración vertical.
Lograr de las zonas francas un mayor uso de insumos y materiales de producción local debe pasar de una aspiración temática a una realidad práctica, para que el valor agregado del sector a la economía dominicana sea mayor.
Esa integración iría cónsona con la aspiración compartida del programa de relanzamiento, de crear un “clima de negocio propicio”.