DNCD incauta uno de los cargamentos de drogas más grandes de la historia de RD
DNCD incauta uno de los cargamentos de drogas más grandes de la historia de RD

Que en un lapso de apenas cuatro días las autoridades antinarcóticos informen de la incautación de más de 1,600 kilogramos de cocaína y más de 56 pacas de marihuana, es para apretar el botón de alarma.

Un conteo aterrador: El domingo 28 se incautaron, 1,030 paquetes con más de 1,000 kilogramos de cocaína en las costas de la provincia La Altagracia, y el jueves otros 530 kilogramos, también de cocaína, en la provincia Peravia, a lo que hay que sumar más de 8,000 gramos de cocaína y marihuana capturados en la semana en operativos en sectores del Distrito Nacional.

Más de tonelada y media de narcóticos movidos en pocos días es para preocuparse, aunque desde el Gobierno suelen vanagloriarse de la gran cantidad que se decomisa, triunfalismo cuya contrapartida es que el territorio sigue siendo usado como conexión por excelencia para el transporte por todas las vías posibles.

Siempre se ha dicho que por su ubicación geográfica la República Dominicana tiene una condición especial como puente de la droga, lo que sería evidente porque pese a que se asestan constantes golpes, el tránsito parece indetenible, por lo que habría que suponer que es mucha la cantidad que logra seguir su curso.

El problema es que mientras haya demanda creciente no habría fronteras, ni policías ni leyes que puedan terminar con el mercado ilícito de los narcóticos y al parecer es un “pleito” que se está perdiendo.

Lo demuestran los lamentos y pesares expresados en una sesión en Viena en marzo pasado de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito de la ONU (Onudd), en la que las quejas abundaron porque la demanda y la violencia asociada tienen consecuencias “devastadoras”.

Las conferencias mundiales sobre el tema y los grandilocuentes discursos no evitan que el tráfico de drogas ilícitas deje de estar entre los fenómenos sociales dominantes del siglo XXI. A esto se suma el lavado de fortunas que genera este delito, que soborna a todo tipo de autoridad para que mire hacia otro lado.

Un mundo sin drogas es una utopía, pero también es un desafío con el que todas las personas de buena voluntad debieran comprometerse para desalentar este tráfico desde nuestro país, y trabajar por un futuro en el que vivir valga la pena.

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