Puerto Rico hoy

Los puertorriqueños han vivido durante 121 años bajo el protectorado de Estados Unidos, a lo que se acostumbraron. Y en efecto, los partidos defensores

Los puertorriqueños han vivido durante 121 años bajo el protectorado de Estados Unidos, a lo que se acostumbraron. Y en efecto, los partidos defensores del estatus actual se robustecieron después del debilitamiento del Partido Independentista

Puertorriqueño (PIP), tanto que perdió su reconocimiento con resultados electorales por debajo de un 3%. El conservadurismo llegó a tal extremo que hubo una profundización en la convicción puertorriqueña de que debían estrechar los términos de las relaciones con la Gran Nación hasta convertirse en el Estado 51 de la Unión.

Entrado este siglo, la economía de Puerto Rico alimentada por los subsidios del gobierno federal y una política de endeudamiento, empezó a mostrar signos preocupantes. Los tiempos felices de un modelo se diluían. Un proceso migratorio hacia territorio continental fue el mayor indicador del malestar de la economía. Y luego, el impacto del huracán María en 2017, un desastre del cual no termina de recuperarse.

La sociedad había entrado en una inmovilidad que se traduce en la aceptación de una realidad que aparentemente no tiene forma de ser modificada.

Pero hay en Puerto Rico un malestar de fondo que encuentra una válvula de escape en la imprudencia del dimitente gobernador Ricardo Roselló al participar en un diálogo en una red social junto a varios de sus asesores, en el cual se denostaba a adversarios políticos, artistas y miembros de la comunidad LGBT.

La juventud y la sociedad puertorriqueña en su conjunto han reaccionado ante una grosería. Una respuesta ciudadana que tiene otras implicaciones, y es la capacidad de los pueblos de auto convocarse o movilizarse ante temas sensitivos, con posibilidades de unir conglomerados sociales.

La acción de los puertorriqueños plantea la gestión de la gobernabilidad. Muestra que las poblaciones construyen respuestas, aún en los términos de un territorio sometido a un estatus especial.

¿Cómo se estarán viendo los puertorriqueños después que obligaron a su gobernador a dimitir? ¿Podría cobrar cuerpo la idea de autogobernarse o insistir más aún en los términos de las relaciones establecidas desde 1898 con el Tío Sam?

Posted in EditorialEtiquetas

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas