“En cualquier momento en este país, por la sismicidad de la isla, puede ocurrir un gran sismo, razón por la cual los ciudadanos deben estar preparados sobre cómo actuar ante un fenómeno de esa naturaleza”.
Esas palabras las pronunciaba Franklin Labour, el director de la Oficina Nacional de Evaluación Sísmica y Vulnerabilidad de Infraestructura y Edificaciones (Onesvie) el pasado lunes, minutos antes de que se produjera el temblor de 5.3 grados en la escala de Richter, mientras era entrevistado por elCaribe.
“Somos una isla vulnerable a terremotos. Tenemos una interacción de la placa tectónica de Norteamérica con la del Caribe… Tenemos 12 fallas en nuestro territorio…”, ha advertido el director Onesvie, lo que significa que estamos expuestos a un estremecimiento de magnitud importante. Nada más hay que pensar en lo ocurrido en Haití en 2010, o en el pasado ya remoto 4 de agosto de 1946, cuando se produjo un terremoto devastador que provocó un tsunami, y el mar penetró en Nagua.
Es decir, que hemos sido suficientemente advertidos por la Madre Naturaleza, y con frecuencia por especialistas, acerca de la necesidad de tomar previsiones ante un imponderable como un terremoto, para atenuar inevitables daños.
¿Qué hacer? La Onesvie, que apenas se conoce, debe ser dotada de mayores recursos para darle impulso a su programa de evaluación con énfasis en infraestructuras como escuelas y hospitales y en otras importantes obras. Eso aplica también para edificaciones privadas, cuyos propietarios o responsables deben evaluar sus condiciones, sobre todo si fueron construidas antes de la década de los 80, o incluso, revisar las normas vigentes sobre sismo-resistencia cuando fueron levantadas.
En los sectores deprimidos, donde construyen en bloques de hormigón, pero sin ningún rigor profesional, la Onesvie debe impulsar un programa de acompañamiento para orientar acerca de la necesidad de mejorar la seguridad de sus viviendas.
En general, de lo que hablamos es de prevenir. Hacer todo lo necesario ahora. Los protocolos de emergencia para indeseables desastres como terremotos son necesarios, y si nos preparamos para que funcionen en el momento, mejor. Pero ahora, lo importante es la prevención.