Conservar la lengua materna, esto es, el primer idioma que se aprende en la infancia transmitido de padres a hijos, es una necesidad vital de todo ser humano y de los pueblos, porque esa primera lengua aprendida por el ser humano le acompañará toda la vida y será su principal vehículo de comunicación, aunque después, ya sea por la migración o por otras causas, deba aprender otros idiomas.
Este día se celebra cada 21 de febrero para rendirle tributo al pueblo de Bangladés, debido a que, en 1952, cuando sus habitantes estaban en las calles celebrando el Día del Movimiento de la Lengua Bengalí, fueron atacados por el ejército de Pakistán.
En ese ataque fueron asesinadas muchas personas, sin embargo, el pueblo bangladesí se mantuvo firme, defendiendo un derecho universal como es el expresarse a través de su lengua.
Esta efeméride fue proclamada por la Unesco en 1999 y en 2007 la Asamblea General de la ONU proclamó el 2008 como Año Internacional de los Idiomas.
Sucede también que muchas lenguas nativas desaparecen junto a las personas que las hablan y porque los pueblos, al perder a sus jóvenes que emigran a países más avanzados, ya no enseñan a sus hijos su idioma nativo.
Es el caso de las poblaciones campesinas de la región nordeste de la Argentina, que tienen como segunda lengua el guaraní, pero cada vez menos personas lo hablan porque no se les enseña, e incluso en algunas épocas, en zonas del norte argentino, se les prohibía a los niños hablar en quechua y se les exigía que se expresaran solamente en castellano.
Es un ejemplo que ilustra, pero más recientemente se actualizó el terma con la película Roma, cuya protagonista Yalitza Aparicio, de origen indígena, no habla su lengua materna porque su comunidad la ha perdido casi por completo y sus padres no se la enseñaron porque pensaron que podía ser discriminada por hablarlo.
La desaparición de idiomas nativos, de dialectos regionales y de idiomas ancestrales representa una gravísima pérdida cultural para el mundo en su totalidad, porque no hay vehículo a través del cual se exprese mejor una cultura que la lengua.
Hoy más que nunca es prioridad defender los derechos de las sociedades multilingües, porque forma parte de su tradición y a través de ellas se puede establecer el intercambio cultural para una vida más sostenible.
Preservar las lenguas nativas es un derecho humano universal.