El gobernador del Banco Central Héctor Valdez Albizu anda con unas árganas llenas de optimismo en su misión de compartir los esfuerzos para recuperar la economía nacional. Y más que eso, para hacerla crecer.
Su optimismo puede considerarse exagerado, por lo que avizora, un crecimiento económico que podría rondar entre un 5.5 – 6% durante este año, con la divisa puesta en la superación de la pandemia con el auxilio del programa de vacunación, más los afanes del presidente Luis Abinader en pro de la inversión y el inicio de obras que crearían nuevos empleos.
Hay que reconocer que su fe y la confianza que transmite se fundamentan en lo siguiente: La Junta Monetaria ha dispuesto un programa de provisión de liquidez en moneda nacional ascendente a RD$215 mil millones (casi el 5% del PIB), de los cuales han sido canalizados RD$177,634 millones por medio de los intermediarios financieros.
Es mucha plata que habrá de tener un impacto en la actividad económica. En efecto, del monto disponible, ha dicho el gobernador, “se han desembolsado unos 82 mil financiamientos a empresas y hogares, de los cuales más de 60 mil préstamos (75% del total) corresponden a montos de hasta RD$1 millón, otorgados principalmente a micro y pequeñas empresas y personas físicas, a bajas tasas de interés y plazos más favorables”. Están pendientes de desembolsar RD$38,180 millones.
Es decir, tenemos una combinación de estímulo a los productores y prestadores de servicios, a constructores, a grandes y pequeños empresarios y hogares. En unos casos, para la promoción de viviendas de bajo costo, comercio, las micro y pequeñas empresas y manufactura.
Es la respuesta de las autoridades monetarias ante la crisis que no sólo afectó la producción y los servicios, y por consecuencia, condujo a la pérdida de miles de empleos. El propósito es recuperar lo que se había perdido y devolver el dinamismo a la economía.
Debe observarse que el impacto de la pandemia se ha agravado por el incremento de los precios del petróleo y de las materias primas. Esa es una carga agregada a la ya desastrosa crisis.
No será fácil. Habrá que trabajar duro. Pero abracemos el optimismo del gobernador Valdez Albizu y el empeño del presidente Abinader. Confiemos en que las cosas mejorarán si todos ponemos nuestro granito de arena.