Le decimos adiós a un año que se va con la sensación de vivir en un mundo cada vez más complejo y, entre los augurios y deseos quizá la única realidad visible son los desafíos que presentan los doce meses que se avecinan.
Nos han acostumbrado a aceptar que este día se hace un alto para mirar atrás y valorar lo que hemos conseguido y lo que no, y no está demás ese recuento de dichas y tristezas, éxitos y frustraciones, porque de eso se compone la vida; en los meses que pasaron las metas se acercaron o se alejaron según las circunstancias.
La única verdad palpable será que el mundo continuará girando, que muchas cosas cambiarán y otras permanecerán inmutables, pese a que la sensación de finales y principios de año nos acompaña y suma un número más al calendario y cualesquiera sean las vicisitudes que se presenten no nos cansamos de esperar.
Quizá ha llegado el momento adecuado para el necesario balance que permita, más allá de las cantidades y situaciones que puedan definir pérdidas o ganancias, evaluar otros aspectos vitales de la propia existencia.
Por ejemplo, cuánto hemos aportado a la familia en términos afectivos, cuánto hemos sembrado en ejemplos de convivencia con el prójimo. Cuánto nos hemos cuidado a nosotros mismos y en qué medida supimos proteger a los que nos rodean y, finalmente, descubrir cuánto dimos por la propia superación en busca de ese anhelado cambio que empieza en cada uno de nosotros.
De ahí que tal vez lo mejor que se puede hacer es comprometerse a dar lo mejor en el periodo de doce meses que está a punto de comenzar y asumir que cada año es, como la caja de Pandora, aquella mujer del mito griego que abrió ese cofre y dejó salir a todas las calamidades y problemas del mundo, pero liberó también lo que estaba guardado en el fondo de esa caja; la esperanza.
El pasado ya no existe, el presente es la única certeza y el futuro es como un desafío que puede presentarse oscuro, inquietante o luminoso, según la óptica con que se lo mire, por eso expresamos a nuestros lectores augurios de bienestar, que sean capaces de sobreponerse a la adversidad y sepan disfrutar de los momentos dichosos que seguramente vendrán con el año que comienza.