El esquema del comercio bilateral entre República Dominicana y Haití sigue sumido en un mar de confusiones que en la práctica desdice de cuantas informaciones oficiales se anuncian sobre acuerdos y protocolos para diafanizar el intercambio. El viernes y ayer hubo inconvenientes en las aduanas de los puntos fronterizos para el ingreso a Haití de una serie de productos procedentes de República Dominicana, especialmente alimentos.
Según reportes de prensa, el mercado binacional de Dajabón ayer fue escenario de la reactivación de una prohibición que impide el ingreso al vecino país de más de 20 productos dominicanos. Los comerciantes criollos que suplen los productos a sus colegas y a simples compradores haitianos critican a las autoridades aduanales del vecino país por las acciones que toman contra quienes intentan ingresar los productos incluidos en una natimuerta lista que contiene los nombres de los bienes contra los cuales pesa el informal impedimento.
Las restricciones habían sido descontinuadas a raíz del ascenso del nuevo Gobierno haitiano, con cuyas autoridades relacionadas (el Presidente, el canciller y el director general de Aduanas) se han sostenido reuniones y anunciado protocolos para, entre otros temas, mejorar el intercambio comercial.
El 21 de marzo pasado los directores de Aduanas de República Dominicana y Haití firmaron en la capital dominicana un protocolo de intercambio de información que permitirá fortalecer la lucha de los dos países contra el tráfico ilícito de mercancías a lo largo del cordón fronterizo y, al mismo tiempo, la facilitación del comercio entre las dos naciones caribeñas. Esta última parte de ese protocolo creó expectativas de que el comercio dominico-haitiano ¡por fin! se enrumbaría por un marco de desempeño definido y sostenible.
Los inconvenientes de ayer y el viernes, en los cuales se restablecieron las restricciones, alegando según las quejas, impago de aranceles o la vigencia de vedas, vuelve a rodear de incertidumbre el ingreso vía terrestre a Haití de una veintena de alimentos producidos en República Dominicana.
La informalidad vuelve a ganar espacio en un intercambio comercial que aporta una elevada proporción a un monto general que al año ronda los mil millones de dólares. Sería una lástima que todo el buen ánimo e intención que mostraron las nuevas autoridades haitianas, para lograr una mayor facilitación del comercio bilateral, quedara en solo un ensayo.