Tan pronto la Comisión Nacional de Concurso Docente convocó el pasado 18 de abril para el Concurso de Oposición Docente Focalizado 2024, elCaribe no vaciló en dedicar su editorial titulado “Cita al magisterio para concursar”, consciente de que es un procedimiento que permite demostrar capacidad y garantiza que los puestos no se ocupen por relaciones políticas ni por acomodos parentales.

Expresamos esa vez reservas porque siempre genera inconformidades, pero también satisfacción porque la convocatoria fue hecha por la comisión a cargo, de la que forma parte la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), principal promotora de desafecciones alrededor del mecanismo más idóneo al que se puede aspirar.

Volvemos con el tema porque de nada valió que la ADP formara parte de la convocatoria; ahora se desdice y pretende empañar el proceso mediante presiones con asuntos que atañen a la etapa previa al llamado.

Los concursos de oposición docente significan un paso de avance en el compromiso de lograr una educación de calidad, y se necesitan para afianzar la preparación de los maestros, así como de los directores de los centros educativos y de los orientadores.

Rechazamos que “a esta altura del juego” llegue la oposición de dirigentes de la ADP con el supuesto de pedir la posposición y de que se permita a los que concursan revisar el resultado de los exámenes.

Elemental es la pregunta de por qué la ADP no hizo tal petición al momento de que la Comisión de Concurso Docente, de la que forma parte, reiteramos, se alistaba para la convocatoria, salvo que su interés actual sea el de importunar, mortificar o presionar para imponer alguna reivindicación ajena al tema en cuestión.

La educación pública dominicana no puede marchar sujeta a los vaivenes y caprichos del gremio magisterial. Y tampoco a la aparente cerrazón de las autoridades para prever inconvenientes y procurar salidas a conflictos antes de que estallen, en un permanente clima de tirantez y ausencia de armonía.

Ojalá que con este concurso destinado a áreas de especialización o curriculares muy específicas, se logre el objetivo esperado que enturbia el dime y direte consuetudinario entre el ministerio y el gremio, entretenidos en la búsqueda de culpas ajenas y en quejas en torno a cuestiones que pudieron haber sido resueltas antes de la convocatoria.

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