La República de Haití materializó ayer la tercera sucesión presidencial constitucional casi continua, sin la violencia de otros tiempos, lo que permite augurar que se encamina por un nuevo sendero, que aspiramos sea de estabilidad y paz.Tras el desastroso terremoto de enero de 2010, cuando gobernaba René Préval, se produjo una entrega pacífica del poder a Michel Martelly, el singular Sweet Micky, quien no hizo lo suficiente para preparar unas elecciones ordenadas y una consecuente transición, lo que dio lugar a la transitoriedad bien llevada por Jocelerme Privert, quien contribuyó a bajar las tensiones con República Dominicana.
La cuestión es que después de los tropiezos y la inestabilidad provocada por las elecciones de octubre de 2015, cuyos resultados fueron anulados por denuncias de fraudes masivos que obligaron a la celebración de nuevas votaciones el año pasadoy queJovenel Moise ganó en primera vuelta, con su juramentación ayer, Haití parece volver al proceso de continuidad constitucional.
Es alentador, porque cuando Martelly concluyó sin que antes se celebraran elecciones en el tiempo previsto, se produjo un vacío de poder, salvado con la elección de Privert, quien con habilidad contribuyó a que se produjera esta juramentación. Antes debió solventar la crisis electoral durante más de un año, propiciar las nuevas elecciones y lidiar con los estragos del huracán Matthew.
Aunque Moise fue auspiciado por Martelly y claramente ganó con su apoyo, hay que aspirar a que inicie una nueva etapa en la vida haitiana, que ayude a mejorar el desempeño institucional, anime la economía y estimule la fe entre sus conciudadanos de que un Haití habitable es posible. Y especialmente, que mire hacia el Este de la isla desde una perspectiva amigable.
Con ese espíritu le damos aliento para que cumpla su misión en favor del pueblo haitiano y contribuya a mantener una relación armoniosa y conveniente para el fortalecimiento de las relaciones bilaterales.
Que su presidencia contribuya a fortalecer la continuidad democrática, el orden y la estabilidad en una nación que tanto necesita de ese ambiente para mejorar la vida de sus habitantes.