La prudencia aconseja que los viajes largos deben ser realizados de la forma más cómoda posible.Lo mismo aplica para la convivencia entre quienes están llamados u obligados a permanecer juntos. Deben tratar de hacerlo de la forma más amistosa posible, y tratando de ayudarse mutuamente según la capacidad de cada uno.
En este último escenario encaja la situación de República Dominicana y Haití, los dos países de cultura e idiomas diferentes que comparten los 72 mil kilómetros cuadrados de la segunda mayor isla de las Antillas Mayores.
El jueves último los cancilleres Miguel Vargas Maldonado, de República Dominicana, y Antonio Rodrigue, de Haití, sostuvieron una importante reunión aquí, en territorio dominicano, en la cual acordaron impulsar una agenda común en áreas vitales para las relaciones entre los dos países, que incluyen el plan de regularización de haitianos que viven ilegalmente en el país, el comercio binacional y la seguridad.
También anunciaron la reestructuración y dinamización de la Comisión Mixta Bilateral, que es el órgano llamado a poner en práctica o ejecutar todos los proyectos aprobados por los niveles técnicos de los gobiernos dominicano y haitiano y que necesitan, para su aplicación definitiva, la aprobación de las correspondientes instancias políticas al más alto nivel.
El encuentro de los dos funcionarios reflejó una actitud de cooperación franca, para la a veces conflictiva relación dominico-haitiana, es ya un punto de avance importante. Las declaraciones de los cancilleres auguran tiempos mejores en las relaciones entre ambos países. Al menos esa es la esperanza.
“No buscamos ser protagonistas ni nos corresponde: simplemente querer hacer efectiva una política de buena vecindad y de esfuerzos conjuntos para acometer tareas que redunden en beneficios reales para haitianos y dominicanos”. Esa expresión del canciller dominicano Miguel Vargas fue una clara declaración de buena voluntad.
Posteriormente, el canciller haitiano expresó el agradecimiento de su país al Gobierno dominicano por haber nuevamente prorrogado hasta el 21 de junio el plazo para que los haitianos a los que sus autoridades les están dotando de documentos, puedan acogerse al Plan Nacional de Regularización de Extranjeros.
Hablando la gente se entiende, dice el refrán popular. Y los cancilleres dominicano y haitiano están conversando y parece que se están entendiendo. El entendimiento debe continuar y permanecer, para beneficios bilaterales.