En la historia de la humanidad la mujer ha sido víctima de toda clase de marginación, discriminación, opresión y violencia. Todas esas expresiones de sufrimiento tienen la singularidad de que siempre se produjeron y se producen en la sociedad abierta, o sea, la política, económica, social, y en el seno de la familia.
Esclava primero, dependiente y asistente después, la mujer ha tenido que librar una lucha titánica para que sus derechos sean reconocidos. Ha sido un largo batallar en el camino para alcanzar la liberación material y espiritual.
Además de las tradicionales opresiones, la que más se prolonga en el tiempo con características singulares es la violencia en el hogar. Violencia de palabra y agresiones a veces con saldos trágicos.
La conmemoración del 25 de noviembre como Día de la No Violencia hacia la Mujer se origina en la materialización de la violencia política contra tres mujeres extraordinarias, que sintetizaron la dignidad de las mujeres solidarias, luchadoras, que asumieron el compromiso de contribuir a la causa del pueblo oprimido por la tiranía de Rafael L. Trujillo, con un elevado sentido de la lealtad.
Hoy las dominicanas alcanzan nuevos peldaños con la afirmación de derechos, nuevos espacios en las distintas ramas del quehacer humano, y una creciente valoración por sus capacidades. Sin embargo, continúan sometidas a taras que limitan su crecimiento y a yugos que habitan en las tinieblas de los hombres.
Por eso, la República Dominicana sigue agregando cifras fatales a las estadísticas que registran las muertes de mujeres a manos de hombres. Desde noviembre del año pasado hasta octubre, fueron asesinadas 88 mujeres, “por razones de género”, que en realidad encierran prejuicios y desequilibrios que resumen algunos de los desvaríos mentales masculinos de estos tiempos.
Es inaceptable que mueran mujeres en el mundo por la intolerancia y la violencia de los hombres. O que persistan los obstáculos que impiden a las mujeres alcanzar mejores niveles de participación en la sociedad.
¡No a la violencia contra la mujer!