El Gabinete de Niñez y Adolescencia y el Consejo Nacional para la Niñez y la Adolescencia (Conani) presentaron el Modelo de Intervención para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes en Situación de Calle y Movilidad en Espacio Público, una iniciativa para rescatar a esos menores y brindarles la oportunidad de formarse como personas dignas con respeto a sus derechos fundamentales.
El problema que se propone abordar este plan es lo suficientemente grave y complejo como para que las estrategias involucren a diferentes instituciones, con un enfoque multidisciplinario y amplio que incluya soluciones a largo plazo.
Los niños vulnerables son un problema que lacera la conciencia social, porque nacen condenados a ser utilizados para mendigar, en beneficio de mafias que se quedan con todo el dinero que recaudan, son enviados a lavar autos, a limpiar vidrios, a robar y a distribuir drogas, a revolver basura para conseguir comida, o son explotados sexualmente en playas y centros turísticos, en locales nocturnos y también son víctimas de la trata de personas.
No es un problema que se pueda solucionar en un abrir y cerrar de ojos, reconoció la primera dama Raquel Arbaje, que lidera este gabinete, sino que se trata de brindarles a estos niños y adolescentes “las oportunidades sociales, económicas y culturales con las que puedan edificar un porvenir digno”.
Esta iniciativa en favor de la vida, la que saludamos y apoyamos plenamente, se basa en un plan piloto que se implementará en el Distrito Nacional a lo largo de este año, que constará de tres fases, para lo cual han sido identificados diferentes perfiles de la vulnerabilidad de los niños y los adolescentes.
Las quince instituciones involucradas en la ejecución de este programa tienen asignados roles específicos según su especialidad, en el marco de una estrategia que no discrimina a los menores por su nacionalidad.
Cuidar de la infancia es también, como ha escrito el poeta Armando Tejada Gómez: “Evitar que naufrague su corazón de barco,/ su increíble aventura de pan y chocolate,/ transitar sus países de bandidos y tesoros/ poniéndole una estrella en el sitio del hambre”.
