El Centro de Operaciones de Emergencias (COE) divulgará hoy su operativo de prevención por Semana Santa, pero ojalá que para este año sea algo diferente y ejemplar en cuanto a prudencia y moderación, que es lo menos que se puede pedir porque todavía está latente la mayúscula tragedia de la discoteca Jet Set.

Si por deseos fuera, más que anunciar un operativo cuya intención es preservar vidas, prevenir accidentes y prestar asistencia vial y sanitaria, la recomendable sería que la gente se refugie en el núcleo familiar y convierta la semana en una jornada de reflexión.

La sociedad está fatigada, no resiste una noticia luctuosa más, lo que generalmente es la tónica en que han degenerado estos días santos, con gente terca y cabeza dura, amiga de los excesos.

También llama al recogimiento lo que es precisamente la espina dorsal de ese tipo de operativo del COE para esta fecha: los voluntarios, brigadistas de la Defensa Civil, bomberos, médicos, paramédicos, militares, policías y especialistas en búsqueda y rescate, que se encuentran sumamente agotados por las extenuantes jornadas a que obligó el desplome del techo de la discoteca.

No es que se abogue por un decreto que prohíba desplazamientos masivos por avenidas y autopistas, por playas, ríos y montañas. Es la prudencia, el sentido común lo que invita a que esta Semana Mayor sea distinta a otras, en memoria de los fallecidos y por respeto a sus familiares.

Que en estos días santos impere la moderación. En caso contrario, cabe exhortar a la parte de la población que opte por movilizarse, a que colabore y se conduzca con mesura.

Por lo demás, existe confianza anticipada en la labor que puedan desplegar los organismos de socorro, que acumulan suficiente experiencia y buena coordinación interinstitucional.

La esperanza es garantizar que se cumplan los protocolos para este tipo de situaciones y no se deje margen a la improvisación, aunque como siempre el mayor problema radica en gente que ignora las orientaciones oficiales y no respeta las indicaciones de las autoridades, lo que provoca situaciones lamentables.

Lo que resta es esperar que este año el balance no refleje cifras de víctimas fatales, y que la prudencia se imponga al consabido desenfreno.

Posted in Editorial, Opiniones

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas