La palabra es, quizás, el más alto símbolo de comunicación humana, porque su intercambio solo es posible entre seres suficientemente racionales como para ponerles nombre a las cosas, y encerrar su significado en un significante, que son las letras y las sílabas, de ahí que un mismo significado se expresa con distintos caracteres y sílabas según la cultura que dio origen a la palabra, árbol en castellano, tree en inglés, arbre en francés.
El 23 de noviembre se celebra el Día Internacional de la Palabra, cuyo objetivo es fomentar el diálogo y la paz en el mundo, orientado hacia el avance pacífico de las sociedades sin discriminaciones políticas ni religiosas.
En tal sentido, la palabra es la clave para el entendimiento entre los países, la única vía para resolver conflictos y forjar un camino de paz para las futuras generaciones.
Un conjunto de palabras es lo que forma un idioma o una lengua, resultado a su vez de un largo proceso evolutivo. Las migraciones, las invasiones y los intercambios entre los pueblos fueron dando forma a los diferentes lenguajes y a la incorporación de términos de una lengua a otra, tal como lo vemos ahora con la globalización, que suma anglicismos, galicismos y germanismos a nuestro idioma cotidiano, lo cual con el paso del tiempo lo enriquece y facilita la comunicación.
Una forma, aunque no la única, de celebrar el Día Internacional de la Palabra pudiera ser la promoción de iniciativas en nuestras ciudades para fomentar el diálogo y la comunicación al tratar diferentes temas de interés colectivo.
Desde las escuelas, bibliotecas y entidades culturales debieran organizarse jornadas de lectura de poemas y narraciones con el objetivo de resaltar la belleza que encierran las palabras, como forma de demostrar que con ellas se construye, se crea, se inventa, se transmite, y se genera un acercamiento entre los seres humanos que solo es posible a través de la palabra.
También se puede convocar a los amigos y personas que promuevan la palabra como herramienta para contrarrestar la violencia, para fomentar la convivencia pacífica entre distintas culturas, religiones y puntos de vista.
Estas iniciativas servirán seguramente para generar una gran red mundial que preconice el uso de la palabra como herramienta de diálogo entre las personas y los pueblos, y para acercarse a un futuro de paz.