El segundo mes del año se caracteriza por estar envuelto en la solemnidad de la recordación de los padres de la nacionalidad dominicana, de ahí que se lo denomina “Mes de la Patria”, pero también es el periodo de las fiestas de carnaval, una antiquísima tradición de origen pagano que las iglesias miran de reojo, pero está tan inmersa en la cultura popular que es imposible pasarlas por alto.
En la ciudad de La Vega los desfiles comenzaron el domingo 2 de febrero y culminarán el mismo día de la celebración de la Independencia, el próximo 27, que es feriado y además es la fecha en que el presidente rinde cuentas de su gestión ante el Congreso y ante el pueblo.
El carnaval vegano ha adquirido hace muchos años categoría internacional, al punto de que forma parte de la naciente “industria naranja” y es un evento turístico que reúne a miles de visitantes extranjeros venidos de Europa y de EE.UU.
Cada pueblo tiene sus propios personajes carnavalescos, desde los Lechones y los Pepines hasta el Robalagallina y La muerte en yipe, los papeluses y los archiconociddos Diablos Cojuelos con sus trajes de luces, manifestaciones enraizadas profundamente en muestra cultura y que han trascendido al plano internacional.
Los Diablos Cojuelos aparecen hasta en un episodio del Quijote y están extendidos por toda América, son conocidas las “diabladas de Oruro” en Bolivia, los “Diablos danzantes de Yare” en Venezuela o el Carnaval del diablo en el estado de Caldas, en Colombia.
En la localidad de Salcedo este año no habrá carnaval como una muestra de luto y respeto por las víctimas de una tragedia ocurrida el año pasado, cuando un incendio originado en una explosión de fuegos artificiales causó la muerte de diez personas y quemaduras a muchas más. En su lugar se celebrará una misa.
En la capital dominicana el gran desfile de comparsas y agrupaciones se celebrará el domingo 2 de marzo, por lo que serán muy pocas las fechas carnavalescas que coincidirán con la cuaresma, que comienza el miércoles 5, lo que evitará seguramente roces entre los organizadores del carnaval y de las autoridades con la Iglesia católica.
El carnaval es tan dominicano como todo lo que forma parte de la esencia que nos distingue ante el mundo, por lo que invitamos a disfrutarlo y apoyamos su difusión.