Subrayada en el calendario por la mayoría de las personas, la Semana Santa mantiene viva esa tradición de mayor arraigo entre los cristianos, que la conservan como la de los momentos estelares de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.
Para el resto de la humanidad, quizás la mayoría, estos hechos que marcaron la historia, no son muy conocidos. Y para muchas personas, entre ellas una buena parte de la juventud, resulta difícil entender los rituales que viven los cristianos más ortodoxos durante la Cuaresma.
Pero total, lejos de hurgar sobre su procedencia, la Semana Santa marca nuestras agendas como un tiempo especial para reflexionar, vacacionar o descansar. La iglesia católica y los cristianos militantes la asumen como un período especial no sólo para honrar a Jesucristo, sino para hacer devoción de fe y de compromiso con el buen vivir.
Así, aunque los templos reciban más visitas que en cualquier otra época del año, las grandes ciudades lucirán tranquilas y las mayores atenciones son dirigidas a carreteras, balnearios y centros de diversiones.
Naturalmente, la Semana Santa es más que eso. Ella resume toda la historia de Jesucristo, que considerado el Mesías, el Hijo de Dios, llegó a la tierra para redimir a los pobres, a los más necesitados y a los que creen en sus palabras.
Desde su gran caminata del Domingo de Ramos, levantando su voz de protesta en contra de la opresión del Imperio Romano, hasta sus días más cruciales de Jueves, Viernes y Sábado Santos, hasta el gran día del Domingo de Resurrección que se levantó de entre los muertos, su vida marcó la historia en antes y después de él.
Para quienes se mantienen apegados a estas tradiciones, insistirán en el recogimiento junto a familiares y amigos, las oraciones y el bien común. Para otros, serán período de descanso, viaje o diversión.
Para quienes prefieren el disfrute mediante del viaje, la prudencia, el respeto y el comedimiento serían buenos acompañantes. Sería la mejor manera de preservar sus vidas, que al fin y al cabo es la misión del Hijo de Dios, que vino a salvar a toda la humanidad.