Existe más de un motivo para que los dominicanos miremos hoy a los Estados Unidos, un socio para nada desdeñable.
Lo que pueda acontecer nos debiera incumbir, comenzando porque allí residen legalmente más de 2.3 millones de nuestros compatriotas, y según datos de 2022 del centro PEW Research, la cantidad de criollos indocumentados ascendía a 230,000.
Hablamos de comicios en la nación adonde llega el 56% de nuestras exportaciones y de donde importamos el 41% de lo que consumimos.
La dependencia es tal que se ha vuelto popular la expresión de que cuando Estados Unidos estornuda a República Dominicana le da gripe.
Desde allí viene, según el Informe Turístico del Banco Central, el 44.2% de visitantes y también el 84.5% de las remesas que se reciben.
Las cifras podrían atiborrar (el 61.6% de las exportaciones del régimen de zonas francas va a ese mercado), pero es apenas una breve referencia al grado de importancia que tiene para nosotros su evento electoral.
Sobreentendido está que nadie debiera inmiscuirse en los resultados finales que arroje el conteo de los votos, porque es una decisión que compete exclusivamente a sus ciudadanos, lo que siempre debiera primar entre Estados soberanos.
A lo que sí aspiramos abiertamente es a que salgan bien librados los aspirantes de origen dominicano, de estas complejas elecciones en las que si bien se publicitan exclusivamente dos candidaturas a la presidencia de la república, se escogerá a un tercio de los 100 senadores, a los 435 integrantes de la Cámara de Representantes que cumplen mandatos de dos años, así como a múltiples cargos locales y estatales.
Como es norma en este tipo de escrutinio, todos los candidatos se sienten depositarios de la mejor oferta, aunque son tantos que difícilmente se pueda cumplir la manida expresión de “que gane el mejor”, porque en todo caso el que triunfe no sería lo mejor para los que sufragaron en su contra.
Ojalá, es nuestro sincero deseo, que cualquiera sea el veredicto de las urnas, todos lo acaten y no aparezca el fantasma del fraude, al que en los días previos no se avistó ni denunció.