El 15 de octubre es el Día Internacional del Bastón Blanco, fecha que representa la integración y sensibilización de la sociedad con los discapacitados visuales.

La Unión Mundial de Ciegos, conformada por representantes de organizaciones e instituciones de diversos países, proclamó este día en París, en 1980, para conmemorar el uso del bastón blanco como un instrumento de inclusión y de igualdad de oportunidades por parte de personas no videntes.

En nuestro país la Fundación Francina, liderada por Francina Hungría, realiza desde 2014 actividades de educación y se dedica a visibilizar y a sensibilizar a la opinión pública sobre el tema. Este año ha programado para el jueves 17 un congreso internacional sobre accesibilidad urbana.

Todas las discapacidades limitan las posibilidades de las personas que las padecen, afectan su movilidad, su visión o la capacidad de escuchar los sonidos del mundo circundante y comunicarse adecuadamente con su entorno familiar y con el resto de la gente.

En el caso de los ciegos, tienen que vivir en un mundo violento, porque el solo hecho de que la ciudad no esté pensada para ellos, o los excluya, ya es violencia, de ahí que el bastón blanco es un identificador, una guía que les permite desplazarse y, con los adelantos tecnológicos actuales, además de estar hecho con fibra de vidrio y de ser articulado y extensible, cuenta en algunos casos con geolocalizador electrónico.

Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), existen aproximadamente 1,300 millones de personas en el mundo con alguna discapacidad visual, de moderada a grave, y ciegas.

De ahí que es necesario resaltar que las personas ciegas no necesitan la piedad ni la lástima de nadie, sino un tratamiento respetuoso, y que las autoridades y los responsables de la toma decisiones contemplen sus necesidades, esto incluye adecuar los espacios y pasos peatonales, inclusive hay ciudades con semáforos sonoros para ciegos, porque muchos de ellos se desplazan cotidianamente porque trabajan y se ganan su sustento.

Una manera de sumarse a esta fecha puede ser informarse sobre la situación de las personas ciegas en cada comunidad, colaborar con las organizaciones que las ayudan, ayudarlas a cruzar las calles en esta ciudad caótica, donde están expuestas no solo a ser atropelladas, sino también a que les roben.

Y hay que tratarlos no como inválidos (que no valen nada) ni llamarlos minusválidos (que valen menos) sino como personas, que es lo que son.

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