El 5 de octubre se celebra el Día Internacional de la Educación Vial, cuya finalidad es concienciar a la población acerca del aprendizaje de las normas viales para prevenir accidentes de tráfico.

La Educación para la Seguridad Vial es la transmisión y aprendizaje de conocimientos que permiten adquirir competencias y capacidades orientadas a promover la seguridad vial y evitar accidentes de tránsito.

Ha sido incorporada en los sistemas educativos en diferentes países del mundo según sus planes académicos. Incluye como temas prioritarios el factor humano, factor vehicular y factor ambiental, infraestructura de rutas y caminos, seguridad vial, legislación de tránsito, señales y normas de tráfico, conducción de vehículos, conducta, convivencia y ética, entre otros aspectos.

Algunas de las normas básicas que todos debieran respetar incluyen no utilizar el móvil al conducir o al cruzar a pie una calle o avenida, respetar las normas y señales de tráfico, mantenimiento preventivo del vehículo, no conducir con sueño, cansado o después de haber bebido alcohol, utilizar el cinturón de seguridad, y hay más.

Sin embargo, las estadísticas indican que en República Dominicana estamos mal en educación vial, se puede decir que muy mal.

La Ley No. 63-17 de Movilidad, Transporte Terrestre, Tránsito y Seguridad Vial, que se vendió como una panacea que propiciaría soluciones al transporte, ha servido muy poco.

Con su entrada en vigencia se anunció la capacitación de profesores en educación vial, que sería una materia obligatoria en escuelas y politécnicos.

Pero pasan los años y estamos igual; quizá hemos empeorado.

Nuestro país es “campeón” mundial en víctimas fatales por accidentes de tránsito por cada 100 mil habitantes, y la primera razón es la imprudencia y el desenfreno de conductores y de gente que desprecia la vida y casi carece por completo de educación vial.

En esta fecha instituciones y organismos gubernamentales y privados celebran diversas actividades, para que conductores y peatones aprendan a respetar las normas de tráfico y reducir el riesgo de accidentes en rutas y calles.

Impartir educación vial tiene que apuntar a cambiar una cultura, que los sindicatos manejados por empresarios del transporte formen choferes, no corredores de carreras, sancionar con dureza el relajo de los motociclistas que transitan por aceras, cruzan semáforos en rojo y no respetan ni a los agentes de tránsito, entre otras medidas que serían apenas un principio de solución para un problema que cuesta miles de vidas cada año.

Posted in Editorial

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas