Esta celebración, que tiene lugar en el calendario el 28 de diciembre, tiene múltiples lecturas según los historiadores y la Iglesia católica. En principio dicen las versiones más difundidas, es una fecha que se instituyó en memoria de los infantes que mandó a matar el rey Herodes, que al enterarse de que las profecías anunciaban que nacería el nuevo rey de los judíos, trató de impedirlo con el asesinato de todos los infantes de Belén.
Algunos historiadores, más críticos, consideran que esta versión es más bien un mito y esta efeméride se instituyó para honrar a los niños fallecidos que, en su inocencia, han muerto libres de pecado.
En las iglesias la liturgia incluye el uso de casullas moradas, como símbolo de la tristeza por la muerte de los inocentes y las homilías se centran en rescatar el carácter religioso de esta celebración que los tiempos modernos han convertido en un día propicio para bromear en las redes sociales, efectuar llamadas telefónicas falsas, dejar paquetes “sospechosos” en casas o lugares de trabajo y otros tantos chistes.
La fecha pasó a Hispanoamérica precisamente como un día propicio para gastarles bromas a familiares y conocidos. En ciertas regiones de Estados Unidos se la conoce también como Día de los Tontos, en alusión a las personas que “caen” en las bromas y a las que se “fulmina” con frases como “caíste por inocente” o “que la inocencia te valga”.
En un capítulo de la cuarta temporada de los Simpson sobre esta fecha, Homero le gasta bromas a su hijo Bart que terminan con la admonición de “inocente palomita”, por lo que Bart decide vengarse y agita de tal manera una cerveza que cuando Homero la abre se produce una explosión que termina con él internado en una clínica, en estado de coma.
Al margen de que se trate de un capítulo más de esta serie humorística, que se caracteriza por su visión ácida y un humor que está lejos de ser “inocente”, posiblemente lo que esta familia de la televisión trata de decirnos es que las bromas de esta fecha no debieran sobrepasar determinados límites, y jamás caer en la burla despiadada ni mucho menos en el acoso.
Ojalá el Día de los Santos Inocentes sea siempre una fecha para bromear con humor y aceptar que la risa es un remedio tan efectivo como los tratamientos medicinales.