Los hallazgos de la encuesta Latinobarómetro, que publica en estos días este diario, vienen a confirmar algunas inquietudes acerca del futuro dominicano.
Auscultar en la sociedad dominicana de estos tiempos, saber lo que piensa la gente, cómo ve el desenvolvimiento social y político, más que el desempeño económico, resulta interesante.
Probablemente, algunas de las inquietudes deben asociarse al accionar de los responsables de la conducción de las instituciones. Cómo sus actos impactan en la formación de la opinión pública.
El liderazgo político, los responsables de la administración del Estado, quienes gobiernan la cotidianidad, los hacedores de leyes, y los llamados a dirimir los conflictos e imponer el sentido de la ley, deben preguntarse por qué cada vez más dominicanos creen menos en el sistema democrático. Apenas el 44% lo valora positivamente, según la encuesta mencionada.
Esa percepción concuerda con los datos que indican que sólo el 22% de los encuestados dijo que confía en el Poder Ejecutivo; el Poder Legislativo apenas recauda un 20% y el Poder Judicial un 21% de la confianza ciudadana. Resalta sin embargo la fe en la Iglesia Católica, 68%, las Fuerzas Armadas, 40%, y la Junta Central Electoral, 30%. Estos resultados sobre estas últimas instituciones fundamentales para la cohesión social y para la instrumentación de la renovación del poder, al menos envían una señal alentadora.
Si damos crédito al hallazgo acerca de los partidos políticos, con un bajo nivel de confianza (14%), resulta fácil entender por qué un 35% de los interrogados, no sabe por quién votará en las próximas elecciones.
La tierra luce fértil para cualquier cultivo, en un ambiente de desconfianza.
Sin embargo, las sociedades siempre encuentran remedios para sus grandes males. Mientras tanto, los liderazgos, en todas sus expresiones, deben hacer lo necesario para estimular la fe en un mejor futuro. No sembrar desconcierto. Y por esa, vía disminuir lo que se puede identificar como una crisis de confianza que puede estar motivada en tantos desafueros.