¿Están dadas las condiciones para aprobar los instrumentos relativos al sistema electoral y al marco institucional de los partidos políticos?Los proyectos andan juntos, pero no deben empaquetarse. La reforma de la ley 275-97 de la Junta Central Electoral (JCE) es una cosa. El proyecto que daría lugar a una ley sobre los partidos es obviamente otra.
La reforma de la ley electoral es una iniciativa que parte de algo ya en funcionamiento y lo que se requiere se centra en empoderar a la JCE de un mayor rango de atribuciones ejecutivas relativas al desempeño del proceso electoral. Como norma general sobre derechos de identidad, ciudadanía y de elecciones, requerirá el interés de todos y todo el empeño para que resulte un instrumento útil.
El proyecto vinculante sobre la organización y operación de los partidos igual requiere interés, pero probablemente generará más divergencias entre los actores políticos.
Sin embargo, lo importante es que haya voluntad para ambas materias. Y parece que podría ser así. Ya uno de los líderes de la oposición, Luis Abinader, habló de manera muy directa y franca: “…. reconocemos autocríticamente que hemos dejado que el modelo político se encuentre hoy en franco deterioro, y que sin una reforma que democratice y modernice a los partidos, sin un marco electoral rigurosamente basado en las normas y sin autoridades electorales que actúen en estricto apego a la Constitución y las leyes, en un plazo breve nuestro sistema democrático podría zozobrar”. Luego sentenció que la aprobación de una legislación de partidos y la reforma de la ley electoral no debe pasar de este año.
El PLD ha dado notaciones favorables para que los proyectos se materialicen, pero no hay homogeneidad interna sobre aspectos fundamentales sobre los mismos. Esa agrupación está obligada a dar un paso hacia delante en la dirección deseada.
Esas decisiones no deben postergarse. Mientras más temprano se produzcan mejor. La voluntad del oficialismo debe ser manifiesta. Comienza con decisiones puntuales de su comité político que estimulen la proactividad de sus legisladores. Este es un buen momento.