La economía dominicana se encuentra en una posición robusta y crece por encima de su potencial. Ese crecimiento y las políticas prudentes de los últimos años han ayudado a mejorar los indicadores sociales y fortalecer la confianza, ha dicho la misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) que visitó el país. Eso es bueno. La cuestión capital reside en cómo mantener ese crecimiento. El informe advierte que el ritmo de expansión se moderará en la medida en que las condiciones de financiamiento se tornen más restrictivas.
Los riesgos principales, dice el FMI, se derivan de la incertidumbre en torno a las perspectivas económicas y de política de los socios comerciales externos, particularmente de Estados Unidos, los pronósticos de los precios del petróleo, las tasas de interés mundiales más elevadas de lo esperado y la consiguiente apreciación del dólar.
El FMI sugiere que ante el aumento de los riesgos es necesario reforzar la posición fiscal para mantener la sostenibilidad. El gobierno hace lo posible para mejorar su administración tributaria y restringir el gasto, pero “los elevados déficits proyectados para el sector público consolidado… generarán presiones vinculadas con la sostenibilidad y viabilidad de la deuda”.
La misión le plantea al gobierno la necesidad de “un importante ajuste fiscal para garantizar la sostenibilidad de la deuda, con mayor esfuerzo de consolidación a corto plazo para aprovechar la posición aún favorable en el ciclo económico. La consolidación fiscal deberá sustentarse en una exhaustiva reforma que amplíe la estrecha base tributaria, simplifique el sistema impositivo y lo haga más equitativo. Eso deberá acompañarse de reformas para abordar el costo fiscal del sector eléctrico y elevar la eficiencia del gasto público”.
Esta recomendación no entraña nada nuevo. Hace tiempo que la han planteado algunos analistas económicos criollos y ha sido evaluada por el gobierno.
El presidente Medina parece que trata de llevar al límite el desempeño económico mediante ajustes internos. Pero parece que todo eso no será suficiente para mantener el ritmo de crecimiento, sustentar sectores, atender las crecientes demandas sociales y cumplir con el pago de la deuda.
La tarea no es sencilla. El gobierno lo sabe y está obligado a encararla. La opinión del FMI es un simple aval.