El triunfo electoral de Donald Trump y su pronta asunción a la presidencia de los Estados Unidos están generando inquietudes y expectativas sobre el destino de la agenda de temas e intereses que asumirá, entre ellos, la política exterior y los conflictos armados en curso, como el de Rusia y Ucrania, que se encuentra en una nueva escalada que puso fin a la inercia que desde hace meses proyectaba ese escenario de guerra.
Esta nueva dinámica dentro del citado teatro de operaciones tiene su origen en la decisión de Joe Biden de permitirle a Ucrania el uso de misiles de largo alcance de fabricación estadounidense para atacar zonas estratégicas de Rusia, que respondió lanzando por primera vez un nuevo misil hipersónico nombrado “Oreshnik”, que supuestamente no tenía carga nuclear, pero si una gran velocidad que puede potencializar su capacidad destructiva.
Aunque el designado asesor de seguridad de la Casa Blanca, Mike Waltz, dio a conocer recientemente: “El equipo de Trump empezará a trabajar con el Gobierno de Biden para arribar a un acuerdo sobre Rusia y Ucrania”, las incógnitas giran en torno al tiempo que le queda al conflicto; de qué lado se pondrá el nuevo mandatario, a propósito de sus fluidas relaciones con el presidente ruso, Vladimir Putin; si finalmente habrá un convenio o será un armisticio; y cómo estas decisiones pueden afectar la cohesión y la ampliación de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Y es que el panorama se torna un poco difuso, por las acciones emprendidas desde uno y otro litoral. Por un lado, observamos como la decisión de Biden eleva nuevamente las tensiones, en lo que aparenta ser una estrategia orientada a condicionar a Trump para que mantenga el conflicto por lo menos a mediano plazo, mientras que el mandatario electo sostiene que en un día puede darle fin, porque ha sido un crítico del dispendio de recursos en una guerra infructuosa a la fecha; mientras que por otro lado, este panorama de indefiniciones ha provocado que Finlandia, Suecia y Noruega, que son miembros de la OTAN, publiquen guías con instrucciones para que la ciudadanía sepa cómo protegerse ante un eventual escenario bélico.
La situación no es para menos, pues según un trabajo publicado por el portal B B C News Mundo, con el título “4 claves que explican la escalada de la guerra en Ucrania y el papel que juega el retorno de Trump a la presidencia”, con fecha del 22-11-2024, el Instituto de Estudios de la Guerra (ISW, por sus siglas en inglés), estableció que en lo que va de aňo, las fuerzas de Moscú han tomado unos 2,700 km2 de territorio ucraniano, mientras que en 2023 solo consiguieron 465 km2, casi seis veces menos.
Tal planteamiento sustenta el temor que existe en Europa, sobre todo en los países de Europa del Este, más aun en los que no están integrados a la OTAN y que por ende son más vulnerables, de que Putin pueda aumentar su influencia y con ello su capacidad de reacción antes de que la guerra pueda llegar a su fin.
Se recuerda que, el año pasado trascendió que Rusia estuvo gestionando acciones tendentes a la desestabilización en Moldavia y Georgia, que podrían derivar a futuro en la trasgresión de su integridad territorial, si tomamos en cuenta los antecedentes de Putin.
Esta aprensión también se afianza en la posibilidad de que la nación liderada por Putin pueda asumir por lo menos una parte del territorio de Ucrania, como sucedió en 2014 cuando el conflicto ruso-ucraniano por la península de Crimea terminó con la anexión de esta última por parte de Rusia, lo que para algunos analistas se trató de un pulso que libraron dicha nación euroasiática y Occidente, por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial.
Ante todo esto, hay una realidad que la propaganda anti Rusia no ha podido soslayar y es la fortaleza de su sistema de defensa, en cuanto a la capacidad armamentista y la disponibilidad de efectivos militares para mantener los diferentes frentes de combate, en una guerra que proyecta librar sola, contra un nutrido grupo de países que se han aglutinado en la OTAN, que a pesar de las embestidas no ha logrado replegarla.