Aunque existen varias leyendas sobre quién fue San Valentín, e incluso alguna vez fue eliminado del santoral católico, durante la segunda mitad del siglo XX su relación con el amor de pareja y la amistad entre hombres y mujeres creció exponencialmente, impulsado por el comercio que vio el filón que significa incitar a los enamorados a regalar peluches, chocolates, tarjetitas románticas e invitaciones a cenas a la luz de las velas.

No está mal que la gente se quiera, y mejor incluso si se lo demuestra de la manera que sea, pocas cosas resultan tan simpáticas a las damas de estos tiempos como un detalle que incluya chocolates y bombones, un osito de tierno aspecto y una tarjeta con una dedicatoria llena de palabras delicadas y amorosas.

Se trata de un ritual que, como todas las costumbres que trascienden en el tiempo, prepara el corazón de las personas para vivir una jornada especial, seguramente en las oficinas se compartirán bizcochos y refrescos, algún que otro enamorado se animará a dar el paso de declararse pese al riesgo de que lo despidan con cajas destempladas y el día de San Valentín tendrá ese carácter especial que es el que las personas le imprimen con sus actitudes, con el intercambio de dulces y regalos, con salutaciones y deseos.

“Los hombres compran cosas hechas a los mercaderes, pero como no existen mercaderes de amigos, los hombres ya no tienen amigos…” le dice el zorro al Principito en un pasaje de esa obra genial de Sait Exúpery. Felizmente son muchas las personas que han entendido desde siempre que el amor y la amistad no se compran a ninguna clase de mercaderes, pese a que en estos tiempos de redes sociales es posible encontrar amigos distribuidos en los más lejanos puntos del globo con los que se comparten a veces confidencias que no se les hacen ni a las personas más cercanas.

Y aunque los regalos, los ositos de felpa o de peluche, los chocolates y bombones, las tarjetas impresas y otros obsequios que se intercambian en estas fechas se compran a los vendedores, ojalá que sirvan para que el amor, la amistad, la comprensión, el deseo de caminar juntos por la vida, endulcen la existencia de las parejas y le pongan a la rutina el sabor especial del amor y la amistad.

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