En pocos días estaremos levantando las copas para brindar por un año que se va, con su carga de vicisitudes, frustraciones y logros, y para desear, como siempre, que el viene sea mejor en cuanto a prosperidad, salud, trabajo, situación familiar y otras tantas cuestiones de carácter personal y social.
La mayoría de las personas, independientemente de su nivel de educación o de su situación económica, suele hacer un balance de los trescientos sesenta y cinco días que pasaron y traza objetivos y propósitos para el año que comienza, lo cual tiene la ventaja (no siempre) de que se sabe con qué se cuenta y cuáles son las posibilidades de llevar a cabo lo que se proyecta.
A manera de recuento, podemos decir que contamos con algunas ventajas, vivimos en un país con una relativa estabilidad financiera, no tenemos conflictos bélicos, las instituciones básicas del sistema funcionan y la burocracia ha disminuido para algunos trámites (no todos), además, variables como la inflación, el tipo de cambio, precios en general, no dan la impresión de que vayan a colapsar durante los próximos meses.
Este es el marco de situación del que debemos partir para proyectar y, finalmente, evaluar las posibilidades de realizar, por ejemplo, algunas reformas en la casa, comprar un electrodoméstico, viajar en vacaciones al exterior o al interior del país.
Otros proyectarán concluir una carrera, cursar una maestría o comenzar un curso o una especialidad que ha debido postergarse por determinadas razones, todas estas cuestiones forman parte de ese balance que se hace al comenzar el año, porque de lo que se trata es de mirar hacia adelante, de caminar como camina el mundo que nos rodea, hacia el futuro.
Seguramente en los brindis de los próximos días, en las salutaciones a los familiares, amigos y conocidos, se incluirán estos deseos que acabamos de mencionar y está bien que así sea, porque el espíritu festivo de estos días no debe asumirse como un fin en sí mismo, sino como un tiempo para disfrutar el presente con la mirada futura.
Solo resta desearles a todos los lectores de este periódico, amigos, compañeros y familiares, que tengan un buen año y la capacidad de capear todas las tormentas que se desaten de ahora en más.