El 2025 fue recibido con mucho esplendor, algarabía y entusiasmo en todo el mundo, con manifestaciones de júbilo como siempre ocurre cuando recibimos el año nuevo, orando en lo más profundo de nuestro ser para que sea un año próspero y de grandes realizaciones personales y colectivas.

Y es bueno sentirlo así, ante la realidad que nos espera, porque a nivel mundial hay muchas interrogantes sobre cómo se comportará el 2025 en medio de turbulentas explosiones sociales, conflictos bélicos, vandalismo, corrupción, hambre, pobreza y desplazamientos humanos que caracterizaron en 2024.

Son muchos los temas que nos ocupan la mente, incluidos los avances de las tecnologías y la inteligencia artificial, los cambios climáticos, el lastre de la pandemia pese a que han pasado casi cinco años, la deuda contraída por muchos países para enfrentar ese mal es cada vez mayor, así como nuevos desafíos relacionados a la gobernabilidad.

Estados Unidos, donde viven millones de inmigrantes de todas las naciones del mundo, se prepara para recibir nuevamente a un presidente que ya estuvo hospedado en 2017 en la Casa Blanca. Donald Trump vuelve en medio de la tormenta, de los conflictos bélicos de Europa del Este y Medio Oriente, así como entre desaciertos con China y parte de los países que conforman a Europa Occidental.

El regreso de Trump a la Casa Blanca ha llevado a la mayoría de las naciones a reevaluar sus agendas particulares ante nuevas políticas y estrategias que podrían incidir en un “nuevo orden”, tomando en cuenta que Estados Unidos sigue siendo la principal potencia del mundo.

De acuerdo con el informe elaborado por un grupo de investigadores del centro de investigación CIDOB, se afirma que para este año el mundo se debate entre la gesticulación de nuevos liderazgos, escenarios cambiantes que redibujan conflictos detenidos y que la rivalidad entre China y Estados Unidos estaría desatando una guerra comercial y tecnológica.

También refieren que predominará el miedo por las políticas en el campo migratorio y en las relaciones internacionales entre las naciones. La población estadounidense, como todos sabemos, está hace rato en decadencia, mientras que el talento proviene de la inmigración.

Otros temas que serán de gran impacto para este 2025, acotados en la agenda mundial, de acuerdo con el CIDOB son: la ego – política e individualismo; tregua sin paz, proteccionismo y austeridad, desmantelamiento institucional global, choque tecnológico, una tercera era nuclear, urgencias climáticas sin liderazgo colectivo, y deportación de migrantes, entre otros.

Desde nuestro patio, el 2025 continuará siendo un año de grandes desafíos para el presidente Luis Abinader en el primer año de su segundo mandato. A pesar de que desde el Banco Central se publican cifras muy cómodas sobre el crecimiento económico, lo cierto es que cargamos con una deuda que ronda los 58,000 millones de dólares y una tronchada reforma fiscal.

Además, de un centenar de obras de infraestructuras en proceso a la merced de nuevos presupuestos; un dólar cada vez más caro, lo cual provoca desbalances en los costes de producción y por ende alzas en los precios de productos comestibles, entre otros aspectos que preocupan a la población. Tales como la delincuencia, los despidos laborales por las fusiones de instituciones públicas, el tráfico de drogas y de personas, la migración haitiana, aspectos en las áreas de educación, salud y transporte y los partidos políticos y las campañas a destiempo. ¡Esa es nuestra realidad!

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