Cuando entré por primera vez en la década de los 90 en el 750 de la Primera Avenida de la ciudad de Nueva York, donde se encuentra el majestuoso edificio de las oficinas de la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), al entrar recoge unos versos de Saadí , el gran poeta persa del siglo XIII que dice: “Todos los seres humanos somos parte de un mismo cuerpo. Cuando afecta a un miembro el resto del cuerpo sufre por igual. Si no te afecta el dolor de los demás es que no mereces llamarte humano”. El espíritu de la Organización resumido en unas palabras.
Ese espíritu de 1945 tuvo su versión global en la Carta de la ONU, por primera vez los Derechos Humanos entraron en la agenda mundial y formaron parte del Derecho Internacional.
Y de nuevo como todos los septiembre ¡Ha llegado la hora otra vez¡ la sede de la ONU en Nueva York es centro de atención mundial. La Asamblea General de las Naciones Unidas recibe a presidentes, monarcas, primeros ministros y jefes de Estado de sus 193 miembros.
Se considera la reunión diplomática más grande del mundo la que celebra la ONU para estas fechas y se hace para buscar soluciones a los mayores desafíos que enfrenta la humanidad, pues no hay mejor temperatura para medir la política internacional que al través de sus intervenciones
Todos los Estados miembros de la ONU y los observadores tienen derecho a pronunciar un discurso en el Salón de la Asamblea General y, hasta el 25 de septiembre, sus representantes expondrán y estudiarán soluciones a los numerosos e interconectados retos mundiales.
El tema central de la 78 Asamblea de la ONU es “Restablecer la confianza y reactivar la solidaridad: acelerar la acción sobre la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible en pro de la paz, la prosperidad, el progreso y la sostenibilidad para todos”.
El presidente Luis Abinader asistirá a los debates y tendrá su discurso en la Asamblea general para expresar los puntos de vista sobre los temas importantes para la comunidad internacional, sobre todo el reinicio unilateral de los trabajos en el canal haitiano en el río Masacre, así como el cierre de la frontera por el presidente de la República y otros puntos.
Tiene en agenda reunirse con el presidente de Kenia, William Ruto, para conocer sobre los planes de ese país en Haití. “En su momento es imposible que vayamos a la ONU y no hablar del tema haitiano, todos se pueden cansar con el tema de Haití, menos la República Dominicana’’.
Para terminar, República Dominicana no puede depender de la solución de las autoridades haitianas. Por esa razón decide cerrar la frontera por violación del artículo 10 del tratado de Paz Amistad y Arbitraje entre ambas naciones y se reitera la misma posición fijada en el 2021: que la construcción del canal debe cesar de manera inmediata.