Al periodista Miguel Guerrero le conozco hace tiempo, siempre he tenido un trato cordial, deferente y de respeto hacia él. Lo mismo he sentido de él hacia mí, lo que no implica, ni de su parte ni de la mía, que si hay algunos conceptos encontrados nos lo guardemos. Es claro que tenemos visión e ideología distintas, así como una visión diferente de la vida y del mundo.
Sé cómo el piensa, la causa que abraza y ha abrazado toda su vida, lo que para mí no constituye ningún prejuicio hacia su persona, que, al parecer es todo lo contrario de él hacia mí; aun así, no modifico mi cordialidad y respeto. Sin embargo, en esta ocasión veo necesario hacer algunas puntualizaciones de carácter conceptual sobre ciertas opiniones que desde un tiempo él viene vertiendo hacia mi persona, a veces de manera abierta o encubierta. Pienso que Miguel ha confundido mi silencio.
Ahora quiero referirme a su artículo publicado en este prestigioso medio el 27 de los corrientes, bajo el título “La herencia de Fernández”, el cual coloca al autor en los tiempos de la guerra fría, en el anticomunismo macartista que cobró fama en los años 40 cuando aquel señor llamado Joe MacCarthy, jefe de la Comisión de Investigación de las Actividades Antinorteamericanas, desatara una campaña en Estados Unidos con el fantasma del comunismo en alto. Tal parece que aún es prisionero de esos tiempos.
Es un artículo que se contextualiza en la misma campaña de descrédito y desinformación que pretenden impulsar detractores obedientes a los enemigos de siempre de las soberanías y el desarrollo de los pueblos. Con su análisis procura criticar decisiones de hace diez años de la política exterior dominicana, dejando de lado las que hoy están en marcha, en un mundo globalizado en que prima la apertura en las relaciones internacionales.
No creo que la política internacional del expresidente Leonel Fernández, fuera pura fantasía. Desde su primer periodo de gobierno diversificó la política exterior, se establecieron relaciones con naciones que la diplomacia dominicana no tenía tradición; desarrolló una diplomacia activa y efectiva para beneficio del país, dando un salto cualitativo y sacando al país de la diplomacia pasiva, casi nula, en que lo envolvió los gobiernos del doctor Joaquín Balaguer, lo que nos mantuvo aislados como nación de la comunidad internacional. Fue el doctor Leonel Fernández quien nos sintonizó con los signos de los nuevos tiempos.
Sobre Petrocaribe, Miguel Guerrero sabe que fue una iniciativa solidaria concebida por el Ex presidente Hugo Chávez, como una Alianza en materia energética, lanzada en junio de 2005, con el propósito de contribuir a la transformación de las sociedades latinoamericanas y caribeñas, eliminar las desigualdades sociales y fomentar el bienestar de los pueblos. El acuerdo inicial con Republica Dominicana consistió en un financiamiento de 50 mil barriles de petróleo diario a una tasa del 1% de interés, con tres años de gracia, a un plazo de 25 años, pudiendo pagar con bienes y servicios.
Sobre la capacidad de explotación petrolera de Vietnam, debe saber que este país asiático es rico en recursos naturales, destacándose el petróleo; posee desde yacimientos de petróleo y gas hasta minas de carbón, y gran avance en la tecnología petrolera. Su capacidad total de petróleo ha superado los 644 millones de toneladas, de los cuales explota más de 15 millones de toneladas al año. Para incrementar su propia capacidad Vietnam ha construido y sigue construyendo nuevas plantas.
Ocupa el tercer lugar entre los mayores productores de petróleo del Sudeste Asiático y el puesto 31 a nivel mundial. de los países productores de petróleo.
Es cierto que promoví una alianza estrategia con Petrovietnam, con PDVSA y con Refidomsa, para que el país, no mi persona, se beneficiara de estas alianzas. Y lo hice, como he hecho otras gestiones con otros países contribuyendo a ampliar el horizonte diplomático de la República, siguiendo las orientaciones del gobernante de turno, del Partido de la Liberación Dominicana, a lo largo de mi gestión como servidor público en el campo de la diplomacia.
Lo ofrecido por Vietnam a nuestro país en materia petrolera no fue ni es un fiasco, es una realidad, en el marco de su experiencia y capacidad de gestión, su desarrollo y visión de futuro, dentro de su economía de mercado.
No me queda muy claro el propósito del autor con la publicación del artículo de marras. Lo que sí es claro, es que Miguel Guerrero es un defensor de empresas extranjeras, sobre todo norteamericanas y está en su derecho, lo cual respeto. Siempre he sabido el rol que me toca jugar como servidor público y me empeño con responsabilidad por cumplirlo al servicio de los mejores intereses del pueblo dominicano.
En mi función como Ministro sin Cartera he tenido asiento en Palacio, no en Cancillería, como lo tengo hoy, en mi calidad de Ministro Para Políticas de Integración Regional, a disposición del presidente Danilo Medina.