En las mesas temáticas del Diálogo Nacional se denomina Seguridad Ciudadana y Reforma Policial. Tan lejano como el 29 de julio de 2014, habíamos escrito al respecto, lo siguiente.
La expresión “seguridad ciudadana” ha llegado a tener una especial significación en la vida nacional; es recurrente su uso en los medios de comunicación; es uno de los temas principales del discurso político. Y en la práctica su ausencia o débil presencia se manifiesta en la pérdida de vidas, bienes y traumas como secuelas de las distintas formas del crimen que afectan a las ciudadanas y ciudadanos de la República Dominicana, extranjeros residentes y turistas.
Es por tanto la seguridad ciudadana una de las principales responsabilidades del Estado por cuanto se asocia a la integridad física en general, la vida como su forma suprema y a los bienes que poseen las personas.
No pocas familias han perdido seres queridos producto del crimen organizado, y ayuda a su mejor comprensión hacer el ejercicio de ponerse en el lugar de una pareja que es atracada y asesinada en su propia vivienda, otra persona que es asaltada y herida al llegar a su residencia; sustracción de enseres del hogar u oficina o partes de un vehículo estacionado. Es un tema muy desagradable para un artículo de opinión, pero es una realidad que afecta profundamente a la sociedad y que debe ser asumida con toda responsabilidad desde el Estado.
El verdadero sentido de las acciones del Estado en el propósito que exista un entorno en el que predomine la seguridad ciudadana, ha de ser orientado hacia la prevención; y las autoridades del Estado han de asumir el criterio que “dirigir es prever, dirigir es anticipar”. Hasta aquí lo dicho hace más de siete años.
El que Seguridad Ciudadana y Reforma Policial que le compete además la seguridad vial sea una de las mesas temáticas del Diálogo Nacional habla de su relevancia; pero además de que los intentos hasta hoy, vistos en su profundidad, se han quedado en peregrinas proclamas con el tenebroso balance de miles de vida que se pudieron salvar.
Lo específico de la llamada Reforma Policial parece detenida en el tiempo.
Procurar profundas transformaciones es ya inaplazable y para lo cual se disponen de estudios así como de precisas informaciones como las que registra el Centro de Análisis de Datos de la Seguridad Ciudadana del Observatorio del Ministerio de Interior y Policía.
Lo demás es innovación y gerencia efectiva. En la tan larga espera de verdaderas respuestas, sólo dramáticamente recordar que se trata principalmente de lo más preciado: la vida.