El Diálogo Nacional para la Reforma Institucional y la Gestión Eficiente del Estado si bien es un gran paso, sus resultados y sólo sus resultados lo justificarán plenamente. Los resultados al nivel de reales transformaciones sólo se verán al paso del tiempo, no pocos en un largo plazo; pero esos resultados han de partir del mejor diseño e implementación de la estrategia a seguir y de un apropiado enfoque, pues no es solo deseo, no se trata que la llamada “cultura del análisis” muy valiosa sólo si se conecta en una clara perspectiva con la “cultura de las soluciones”. Como se ha comentado, muchas iniciativas de diálogo en el pasado no superaron la fase de la “cultura del análisis”.
Lo dicho es aplicable a los 16 temas ya en proceso de ser colocados en las mesas de diálogo que se conforman; pero adquiere una especial dimensión con el tema-problema de Hidrocarburos. Y al respecto se podría adelantar ya una inquietud y es que parece al momento hacerse acento en un cambio de la legislación base y particularmente la Ley 112-00 conocida como Ley de Hidrocarburos, una ley esencialmente tributaria ya muy conocida en su aplicación por los anuncios de cada semana sobre los precios de los combustibles.
Se entiende conveniente ver el tema-problema de los Hidrocarburos desde una mayor dimensión. Se considera incluso que debería de enfocarse desde la perspectiva de los combustibles fósiles abarcando por lo tanto junto al petróleo y sus derivados y el gas natural, además al carbón. Que junto a la compleja situación fiscal a la que se está atada la ley, se vean ampliamente sus implicaciones económicas por ser un país muy dependiente de la importación de combustibles fósiles esencial para las actividades comerciales, agrícolas, industriales, transporte y residenciales. Considerando además las diferencias que como factores primarios de energía existe entre petróleo, carbón o gas natural en todas sus consecuencias. Sin marginar la exploración y posible explotación de esas fuentes primarias de energía, es decir, gas natural, carbón y especialmente petróleo, éste ya con iniciativas formales en curso con una inversión inicial de 13 millones de dólares. No olvidando lo que es una tendencia mundial aún lejana hacia una reducción importante de los combustibles fósiles.
Incorporar claramente los componentes gerenciales lo cual no se limita a una nueva legislación, con aspectos tales como la organización de la gestión del sector y sus imprescindibles vinculaciones con la eficiencia energética, el ahorro, hasta la futura movilidad eléctrica y el ineludible impacto ambiental.
Hidrocarburos como tema-problema ha de implicar una profunda transformación, de gran impacto en la vida nacional.