A propósito del recién celebrado día de Las Mercedes, el pasado 24 del finalizado mes de septiembre, festivo. Del latín “mercedum”, merced, misericordia, precio. En 1215 se funda en Barcelona la orden militar con el nombre de “Orden de la Virgen María de la Merced de los Cautivos Cristianos”, con propósitos de rescatar cristianos secuestrados, vendidos como esclavos, por los piratas musulmanes de África, en tiempos de las invasiones a España. Los mercedarios originales querían ser Caballeros de la Virgen María, cambiando más tarde a una orden estrictamente clerical, de activa participación en la colonización de los territorios de las Américas. Tirso de Molina, poeta y dramaturgo español, monje de esta orden, vivió en Santo Domingo entre 1616 y 1618 como profesor de Teología de su universidad. Siendo la misma, la población percibe como dos vírgenes diferentes a La Altagracia y a Las Mercedes. Los títulos criollos de ambas vírgenes son: Mercedes, Patrona y Altagracia, Protectora del pueblo dominicano, siendo las dos, advocaciones distintas de María, madre terrena de Jesús de Nazaret. Un terremoto de gran magnitud, sacudió la isla el 8 de septiembre del 1615, unos 23 años después de la llegada de los españoles, con fuertes réplicas durante más de 40 días causando graves daños materiales y muertes. El Cabildo de Santo Domingo declaró a la Virgen de las Mercedes, Patrona de La Hispaniola, celebrándose su culto el 8, fecha coincidente con el aniversario del mencionado terremoto, hasta 1740 cuando por disposición Real se cambia para el 24 del mismo mes. Con la Independencia fue declarada patrona de la República Dominicana. Se le consagró una ermita en El Santo Cerro en La Vega y en Venezuela es Patrona de los que sufren prisión. El nombre de Mercedes se universaliza con la marca de automóviles, sinónimos de ingeniería y calidad alemanes. Mecho, Mechi, Meche, Cedes, apodos de las Mercedes del mundo. Patrona de Azua, Palenque, Constanza, Hato Mayor, Pimentel, y otros pueblos dominicanos. En la comunidad de Los Mercedes, a unos 30 km de Santo Domingo, cercano a la Hacienda Estrella, se celebra un culto especial con “novenas”, nueve noches de velaciones, rezos, cantos, bailes y comida, donde se matan puercos criados por la comunidad, fiestas que culminan el 24. Se desdibuja la versión “histórica” que por décadas dio cuenta de la “aparición” de la Virgen, bajo una mata de nísperos, a los españoles en guerra con los indígenas, decidiendo la suerte de una “batalla”, en favor del español invasor y opresor. Como resultado del proceso de transculturación o sincretismo, el culto Yaruba, religión de raíces del África negra, practicada más en Cuba, identifica a Obatalá, “orisha” o deidad de estas creencias, con la Virgen de Las Mercedes, sugiriendo la doble naturaleza de Obatalá/ hembra y Obatalá/ macho, relacionado con el sol; escultor de la cabeza humana en la creación y dueño de todo lo blanco.