Se corre el riesgo que Venezuela termine con una versión repetida de crisis anteriores, en caso de que politiquería y descalificaciones se enseñoreen y conduzcan a un desenfoque de la consigna principal: Que se publiquen las actas oficiales y que sean verificadas por instituciones imparciales. Hay muchos intereses en juego, desde los verdaderos patrióticos hasta los que andan buscando ventajas económicas y políticas, estos últimos cobijados bajo la amplia sombrilla de “Maduro dictador”. Hay que recordar la crisis anterior, de más de 100 días y con más de 100 muertos, cuando la oposición venezolana estuvo en la calle de manera sostenida, pero no leyó bien el final de la coyuntura y Maduro, que en forma desesperada precisaba de un respiro, logró un bajadero motorizado por intereses de particulares.