Surgen dudas de si fue individual la propuesta de la diputada santiaguera Soraya Suárez para que se incorporara en la Constitución un artículo para que Abinader pudiera designar autoridades municipales (léase al alcalde de La Vega), pero por la manera fulminante en que fue desautorizada habrá que concluir que se trató de algo de su propia inspiración.
Qué bueno que se haya ganado su “rapapolvo”, porque lo peor que pudiera pasarle al país es tener un Congreso, tipo Perú o esos países que se manejan en forma caprichosa y medalaganaria, y que “tumban” un gobierno por solo tener mayoría. Además de que Suárez se salió del guion y pisó la raya roja del “so pena” de Abinader, y de la decisión colectiva de sus pares perremeístas. ¿Habrá sanción?