La construcción del canal en Haití para derivar agua del río Masacre no se ha detenido nunca y fue condición principal para reabrir la frontera; ahora lo prioritario es el registro biométrico. Se ha dejado a un lado también la emergencia por el canal La Vigía y en cuanto a la mediación que aceptamos de la OEA ha resultado una tomadura de pelo. Los haitianos se llevan la mejor parte, porque es sitio de unificación y peregrinación, escenario perfecto para que Guy Philippe despotrique contra los dominicanos. Debiera revisarse el asunto, porque, además de lo ruinoso que ha sido para comerciantes, mercaderes y pequeños productores, hay un dato que por sí solo dice que la medida no fue bien pensada: las exportaciones a Haití cayeron el año pasado 17.94%.

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