Uno de los nuevos políticos se promociona así: “Karim 2020-2024: Mejor un loco que un ladrón”. Hasta ahí hemos llegado. La conducción del Estado puede descansar en manos de un loco. No sería el primero. La historia mundial está llena de esos fenómenos, con saldos impresionantes, de todo tipo. Pero un ladrón es una aventura cierta, y como se ha extendido la creencia de que la política está llena de ladrones, tiene sentido mercadológico ofertarse como un perfecto idiota, preferible a un descarado ladrón. Esa es la tragedia política de estos tiempos en la Res-pública, como en algún momento escribió alguien, porque esta Vaca Nacional, con tan buenas tetas, da para todo.