A Antonio Marte, el presidente de la Conatra, le cayeron los palitos por su exhortación a los choferes afiliados a a no montar en sus vehículos a los haitianos que provienen de la frontera con Haití. Se le acusa de practicar la xenofobia contra esas personas. Él, habilidoso que es, rápidamente pidió excusa. Probablemente no midió las implicaciones. Viendo y oyéndolo, es evidente que el único propósito del rico y sencillo negociante es evitarles problemas de las unidades de transporte y sus choferes con Migración. Pero su negocio es transportar gente. Su ánimo no es hostilizar a los haitianos. Es que los transportistas tienen mala imagen, y sus yerros se complican. ¿Marte xenófobo? Lo dudamos.