“Dominicanizar” la mano de obra en la construcción para no depender enteramente de la haitiana, es buena iniciativa, pero tiene una dificultad: que no abunda el dominicano dado al trabajo duro, como tampoco hay para sembradíos de café y arroz, y ni qué decir para el corte de caña. Sustituir al haitiano que no vacila para faenas duras no será fácil, y quizá por eso el plan para “dominicanizar” lo tomó en cuenta, porque la plataforma del proyecto “Construyendo RD” solo plantea talleres y cursos especializados en el área de la construcción. Es probable que se trate de formar maestros constructores y no de captar obreros que hagan la zanja, pidan mezcla y peguen blocks. O aquél que se meta sin miramientos a un cañaveral o plantación de café.