En estos días de agónica precampaña electoral, es común al referirse a cualquier dirigente político, alto, medio o bajo, calificarlo de líder. Parece parte del guion de los maestros de ceremonias decir: a continuación, con nosotros, el líder… sin importar que se trate de un fulano de tal cualquiera. No debieran abusar de eso, porque si echamos un vistazo por los alrededores, son contados, o escasos como muelas de garza los que están en contienda y se les puede denominar como tales. En política el liderazgo no está en venta en botica. El lector podría ponerse a pensar y constatar quiénes de los que están en la “calle del medio” se aproximan o podrían ser catalogados de líderes, cuando llamarlos solo por sus nombres sería suficiente, y hasta mucho.

Posted in Dan de qué hablar

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas