Entre trincheras, zafarranchos y proclamas incendiarias, debido al “sellado” de la frontera con Haití por aire, mar y tierra, se olvida lo humano y a los más vulnerables, particularmente del otro lado. Ilustra un reportaje de CDN sobre el ambiente de pobladores de Ansas a Pitres, por Pedernales. Dicen que se siente hambre. Un entrevistado reveló que en 24 horas había ingerido dos empanadas y un chin de agua. Otros hablan de que en los montes consiguen zanahorias y otros frutos, y que el agua, el arroz y el hielo llega en barco con retraso desde Jamel. También hay testimonios de que los niños han perdido tres semanas de clases porque no pueden cruzar. Uno dijo que si pudiera conseguir 50 pesos, compraría fideos. Anoten eso.

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