La Dirección de Migración anuncia “una gracia” en estos últimos días del año para los haitianos ilegales, con el compromiso de detener las repatriaciones debido a las festividades. Es una decisión de humanidad que se debe respaldar, aunque el problema para la época es otro y ocurre a la inversa, pues consiste en el retorno masivo de los que pasan las navidades en su país. ¿Recuerdan cuando un cura quiso ingresar “a la brava” con más de tres mil ilegales? Ahora el proceso de vuelta tras Navidad y Año Nuevo es más estricto y organizado, pero no estaría de más que haya un reforzamiento extra de los puestos fronterizos porque con cada día crece la desesperanza del otro lado y está latente la posibilidad de una “estampida”.

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